JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

La ilusión de los jóvenes del Papa fue más fuerte que el calor y la tormenta

A las altas temperaturas sufridas por los miles de jóvenes que esperaron al Pontífice durante toda la jornada, siguió una intensa tromba de agua en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, que dejó siete heridos.

Un grupo de voluntarias de la JMJ saluda al Pontífice durante la vigilia en Cuatro Vientos
La ilusión de los jóvenes del Papa fue más fuerte que el calor y la tormenta en Madrid
AFP

La ilusión, la fe y el cariño de los cientos de miles de jóvenes que esperaban en el aeródromo de Cuatro Vientos la vigilia nocturna con el Papa, fueron más fuertes que el agobiante calor a lo largo del día y la tormenta de lluvia y viento que descargó minutos después de que el Papa iniciara su discurso.


Benedicto XVI, a quien el fuerte vendaval incluso le arrebató el solideo y tuvo que resguardarse entre varios paraguas blancos, no perdió en ningún momento la sonrisa y, aplacados los elementos, dio las gracias a los jóvenes por su "alegría y resistencia", que desafiaron la lluvia y el viento gritando "esta es la juventud del papa" y cantando.


"Nuestra fuerza es mayor que la lluvia. Gracias. El Señor con la lluvia nos manda muchas bendiciones", les ha dicho el papa.


La interrupción de la vigilia de oración por espacio de más de media hora, obligó a suspender la lectura del discurso, aunque el pontífice sí pronunció los saludos previstos en castellano, francés, inglés, alemán, italiano, portugués y polaco.


En el texto, que el Vaticano autorizó a difundir, el papa recuerda a los jóvenes que Dios les ama y que "ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios".


Y les asegura que "si permanecéis en el amor de Cristo, arraigados en la fe, encontrareis, aun en medio de contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone a vuestros ideales mas altos, al contrario, los exalta y perfecciona".


Benedicto XVI, quien había sido recibido por los príncipes de Asturias, Felipe y Leticia a su llegada al aeródromo situado a las afueras de Madrid, y en el que la afluencia masiva de cientos de miles de peregrinos había obligado a los organizadores a impedir el acceso al mismo, había protagonizado una hora antes uno de los momentos más intensamente emotivos de la jornada.


En la fundación humanitaria de San José, que atiende a discapacitados físicos y psíquicos, y que regentan los Hermanos de San Juan de Dios, dijo a esos niños y jóvenes que conocen el rostro del dolor, que son la imagen de Dios, sus preferidos, y que la vida también es grande cuando irrumpe en ella el sufrimiento.


El papa insistió en que la sociedad les necesita porque contribuyen decididamente "a edificar la civilización del amor" y a pesar de que en esa misma sociedad "demasiado a menudo se ponga en duda la dignidad inestimable de la vida, de cada vida".


Para el obispo de Roma "una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana".


La tercera jornada en la JMJ que finaliza este domingo, se había iniciado con el acto más íntimo y reservado de los programados: el papa confesó en el Parque el Retiro a cuatro jóvenes (dos chicos y dos chicas), sumándose así a la "Fiesta del Perdón", en la que doscientos sacerdotes han estado confesando a los miles de peregrinos que han querido acercarse a este sacramento en la JMJ.


Posteriormente, y en la catedral de La Almudena, el papa presidió una misa con seminaristas, en cuya homilía apeló al celibato sacerdotal y pidió a los futuros sacerdotes que no se intimiden por "un entorno en el que se pretende excluir a Dios y en el que el poder, el tener o el placer" suelen ser los criterios que rigen la existencia, dijo.


Tras la ceremonia litúrgica, en la que Benedicto XVI anunció que proclamaría próximamente Doctor de la Iglesia Universal a San Juan de Ávila, recibió al presidente del PP, Mariano Rajoy, con quien conversó sobre la situación económica y sobre la necesidad de trabajar "entre todos para tener una sociedad mejor", según explicó este tras la entrevista.


El papa almorzó después con el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco -que ha cumplido 75 años de edad-, comida en la que les acompañaron unas 60 personas, entre cardenales, obispos y el séquito papal.


El pontífice quien está "muy contento" e "impresionado" por la acogida que está recibiendo en Madrid, según aseguró el portavoz vaticano, Federico Lombardi, recibió también, en la Nunciatura, a sor Teresita (103 años), probablemente la monja que lleva más tiempo de vida contemplativa en todo el mundo: 84 años de clausura en el convento del Císter del pueblo alcarreño de Buenafuente del Sistal.