IGLESIA

Los católicos de Estados Unidos esperan que la visita del Papa traiga paz y unidad al país

Benedicto XVI llegará mañana a Washington, donde será recibido por Bush. También visitará la Zona Cero de Nueva York.

Las expectativas de los fieles norteamericanos para la visita del Papa, que llegará mañana a Washington, son tan diversas como lo es la comunidad católica en un país en plena campaña electoral, con una economía en crisis y problemas migratorios.


Bajo la divisa "Cristo nuestra esperanza", la visita papal, que se prolongará hasta el domingo, se produce además en momentos en que las bajas norteamericanas en Iraq han superado los 4.000 soldados en cinco años. Y la Iglesia todavía sufre las consecuencias de los escándalos sucesivos de los curas pederastas en Estados Unidos. "Un latino recién emigrado de Dallas va a tener expectativas muy diferentes para la visita del Papa que las de un irlandés católico instalado en Boston desde hace 14 generaciones", afirma John Allen, especialista del Vaticano.


Los hispanos se dirigirán al Papa para que se pronuncie contra las medidas impuestas a los inmigrantes indocumentados. "Me gustaría que el Papa nos hable sobre cómo, en nuestra calidad de católicos, debemos acoger al pobre y al extranjero en este país", afirmó Enid Roman de Jesús, presidente de una asociación de directores de las diócesis católicas.


La guerra en Iraq también forma parte de las preocupaciones de muchos norteamericanos. Mark Ivany, un seminarista cuyo hermano está en el frente en Bagdad, piensa que el Papa reiterará el llamamiento del Domingo de Ramos en la plaza San Pedro de Roma, en el que pidió el fin de "las matanzas, la violencia y el odio en Iraq".


Recientemente, un sacerdote ortodoxo fue asesinado en Bagdad mientras que el arzobispo caldeo de Mosul fue secuestrado y su cuerpo fue hallado a mediados de marzo. A los católicos liberales les gustaría por su parte "escuchar a Benedicto XVI hacer la separación entre la Iglesia católica y la administración Bush", afirma John Allen.


Los conservadores esperan que la opinión del Papa pese en el debate sobre el aborto, una cuestión clave en la campaña electoral para la elección presidencial de noviembre. En 2004, cuando era el cardenal Ratzinger, el Papa criticó al candidato demócrata John Kerry al afirmar que los políticos partidarios de "leyes permisivas a favor del aborto o la eutanasia" no deberían poder comulgar.


Los dos candidatos demócratas, Hillary Clinton y Barack Obama, están a favor del aborto y contra la guerra en Iraq, todo lo contrario que su rival republicano John McCain. Los católicos también esperan palabras reconfortantes sobre los escándalos de los curas pederastas, que dejaron "heridas" en la Iglesia, según David O'Connell, presidente de la Universidad católica de Washington.