LOS LUNES AL SOL

"Si no lo llevas con cierto humor, puedes caer en una depresión"

Carlos Moros lleva más de un año en el paro, desde que le despidieron de la empresa de venta y reparación de máquinas de coser en la que trabajó desde los 15 años.

Carlos Moros lleva más de un año en el paro.
"Si no lo llevas con cierto humor, puedes caer en una depresión"
OLIVER DUCH

Carlos veía venir lo que ha acabado ocurriendo. "Hace 20 años que el negocio empezó a resentirse. Era obvio que tarde o temprano tendría que pasar esto". Este zaragozano de 53 años tenía solo 15 cuando dejó a medias un curso de tornero para empezar a trabajar en una empresa de reparación y venta de máquinas de coser. Eran los años setenta, un momento de auge de la industria textil en España. "Fueron años espectaculares, de muchísimo trabajo y un gran crecimiento del sector, se crearon muchas cooperativas", cuenta Carlos. En aquellos años, la empresa familiar en la que trabajaba llegó a tener una plantilla de 13 empleados.

En los años noventa, la cosa empezó a cambiar. El desmesurado incremento de las importaciones hizo mella en el sector. "Muchas empresas textiles tuvieron que cerrar, porque no podían competir con los precios que ofrecían las empresas extranjeras, generalmente chinas, donde los costes de producción eran mucho menores", explica Carlos. En muchos países en vías de desarrollo, el coste de la mano de obra es ínfimo, lo que ha provocado que muchas empresas trasladen allí la producción, con el consiguiente cierre de sus plantas en nuestro país. La crisis actual aceleró el fin de muchas empresas que llevaban años en la cuerda floja.

Con la progresiva desaparición de estas fábricas, la empresa de máquinas de coser donde trabajaba Carlos se fue resintiendo. "Fueron despidiendo a la gente, hasta que solo quedábamos el jefe, su mujer y dos empleados. No les quedó más remedio que despedirnos a nosotros también", cuenta.

Carlos no ve solución a esta situación, salvo que la cosa cambie radicalmente: "No se puede competir con los precios de la ropa de importación. Ahora te compras una cazadora 'made in China' y te resulta barata, 20 o 30 euros. Pero hay que pensar que todo ese dinero se va fuera, de esos 20 euros ninguno va a parar a las empresas de aquí, que tienen que terminar cerrando y mandando a gente al paro".

Al empezar a trabajar siendo tan joven, Carlos no tuvo la oportunidad de seguir con sus estudios. "No tengo formación académica, pero tengo la experiencia que dan tantos años trabajando, que muchas veces es más valiosa que los títulos". Desde que se quedó en el paro, en julio de 2009, ha buscado trabajo en mantenimiento de maquinaria de todo tipo, pero no ha habido suerte. Su mujer no trabaja, y sus dos hijas están estudiando, así que van tirando con sus ahorros y la prestación por desempleo.

"El paro es una situación totalmente nueva para mí, por la que nunca había pasado", dice Carlos. Para sobrellevarlo, intenta aprovechar su día a día: colabora con su mujer en las tareas domésticas, ha aprendido a cocinar y va a hacer la compra. También está aprendiendo informática, y el ordenador se ha convertido en una de sus aficiones desde que está desempleado.

Carlos dice que lo ve "muy negro", pero lleva su situación con cierto humor. "Si no lo llevas así, puedes caer en una depresión en cuestión de días", explica. A pesar de todo, tiene esperanza en que, en unos meses, la situación se arregle y encuentre un trabajo. Sin embargo, cree que pasará mucho tiempo hasta que la situación vuelva al punto en que estaba antes de la crisis, "si es que volvemos a estar igual".