HERALDO ABIERTO

“Solo quiero que mi calle sea habitable”

Nacho Cardiel, vecino de la calle de Boggiero, en el Casco de Zaragoza, critica que la zona está mal asfaltada, las aceras son demasiado estrechas y aparcan coches donde no está permitido impidiendo el paso a los peatones. No entiende la despreocupación del Ayuntamiento.

Nacho Cardiel, ante el solar abandonado que hay entre las calles de Boggiero y Miguel de Ara.
“Solo quiero que mi calle sea habitable”
OLIVER DUCH

La calle de Boggiero parece ser la vía del olvido. Los vecinos de esta paralela a Conde Aranda y los de Miguel de Ara, situadas en el Casco Histórico, “llevamos sufriendo desde 1999 la desidia del Ayuntamiento. Tenemos en la zona unas calles mal asfaltadas, sin aceras, gente bebiendo alcohol con total impunidad a cualquier hora del día y coches mal aparcados. Todo ello a cinco minutos de la plaza del Pilar”, denuncia Nacho Cardiel, un vecino.


“Los vecinos nos hemos estado dirigiendo a la Policía Local y al Ayuntamiento de Zaragoza con llamadas telefónicas, correos electrónicos, fotografías y cartas para que remediasen el mal estado de las calles”, concluye.


Cardiel tiene una niña de dos años y alega que “para salir de casa con ella en el carrito tengo que ir con mucho cuidado. Son calles muy estrechas con aceras de 30 centímetros llenas de coches, que aparcan donde está prohibido”, critica.


Además, denuncia que “no he visto corregir ninguna infracción. Solo poner multas cuando Heraldo Abierto, hace un año, realizó un reportaje y denunció que en la calle de Miguel de Ara siempre había coches sobre la acera. La policía comenzó entonces a pasear por aquí. Luego se relajó y se olvidó del tema”.


Cardiel reclama que “solo quiere un vial por el que pasear sin peligro de que me atropellen, dormir tranquilo por la noche y no preocuparme de tener que llamar a la policía. Solo quiero que mi calle sea habitable”.


Este no es el único problema al que se enfrentan los afectados. Al principio de la calle de Boggiero, al lado de la sala Oasis, hay una pista vallada de voleibol. Cardiel comenta que “hace tiempo veía a niños jugar después de salir del colegio. Ahora viene un grupo de gente que hace deporte por la tarde, pero por la noche se queda bebiendo y armando jaleo hasta altas horas de la madrugada”. Aunque, de lo que realmente tiene miedo es de que “el lugar se termine transformando en un gueto”.


La gente que acude diariamente a estas pistas y que “se pueden denominar supuestos deportistas están bebiendo, miccionan e incluso defecan en la calle”, afirma. “Es triste, pero es así”. Por otra parte, se siente aliviado al ver que este grupo de gente no es violento y no hay peleas.

Las obras que nunca comienzan


En 1997, el Ayuntamiento aprobó el Plan Integral para la recuperación del Casco Histórico (PICH) de Zaragoza, pero hasta 1999 no se puso en marcha. Este plan incluía ensanchar la calle de Boggiero, reformar la calle de Miguel de Ara y remodelar la plaza del Ecce Hommo, además de crear una plaza donde actualmente se encuentra el solar que hay frente a la sala Oasis, a día de hoy, lleno de basura, escombros y alrededor de 15 coches aparcados. También estaba previsto aumentar la anchura de las aceras y espacios peatonales, así como poner en calles un nuevo alumbrado público.


En 2004, se actualizó el PICH sin que se hubieran realizado todas estas obras. Cuatro años después, en 2008 y con motivo de la Expo, el Ayuntamiento volvió a afirmar que las obras iban a ponerse en marcha. “A día de hoy todavía seguimos igual que hace diez años -insiste Cardiel-. De hecho, a mediados de mayo trajeron a la junta del distrito a un técnico del Ayuntamiento. Éste nos contó un montón de cosas y nos recomendó que tuviéramos paciencia. Lo único que ha cambiado ha sido la plaza del Ecce Hommo que ya está terminada”.


Cardiel recuerda al Ayuntamiento que “su obligación es dotar a la ciudad de los servicios que todo ciudadano merece. Ruego que la calle en la que vivo se convierta en un lugar transitable, habitable y digno”.