EDUCACIÓN

Las chicas estudian más

La caída española en el informe educativo de la OCDE se nota más en los chicos, que también acaparan el fracaso escolar. El liderazgo de Finlandia se asienta en el alto nivel docente, el apoyo al alumnado y un sistema estable desde los años 70.

"El gran descenso en el informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) se ha registrado en los chicos, no en las chicas", alerta María Dolores Morillas, profesora de instituto con un destacado papel en la Red de Escuelas Asociadas de la UNESCO. "La mayor parte del fracaso escolar está siendo masculino -insiste--, lo que no se compadece mucho con los resultados del informe favorables a los chicos". De hecho, añade, "si se analizan a fondo las variables, no hay diferencia entre mujeres y hombres".


En realidad, más allá de matices para ajustar el "retrato español" en ese estudio comparativo internacional, sí hay alguna diferencia. Porque, como quedó patente durante la Jornada sobre "Los retos del Informe PISA (variable mujer)" organizada por Mujeres para el Diálogo y la Educación, la persistencia del ligero mejor resultado masculino en ciencias (4 puntos) y matemáticas (9 puntos), queda contrapesada de sobra por la ventaja femenina de 35 puntos en lectura. Justo el área del gran batacazo hispano en el PISA-2006, en el que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mide las competencias básicas del alumnado de 15 años y las compara en 57 países.


Sin modelo estable


De ahí la advertencia de Morillas: "`Ojo!, hay que trabajar el fracaso escolar masculino". Máxime cuando la comprensión lectora -los alumnos se pierden al interpretar los textos-- es clave para todas las demás competencias de aprendizaje. Y a pesar de las furibundas pasiones políticas que ese Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos despierta en España, donde los análisis saltan con tanta facilidad del blanco al negro y del autobombo a la descalificación, que ni siquiera dejan vislumbrar el pacto nacional por la educación que, entre otras cosas, explica el éxito de países como Finlandia, líder y referencia indiscutible del informe PISA.


Lo apuntó en la Jornada la embajadora del país nórdico, Maija Lähteenmäki, al recordar que "nuestro sistema educativo cambió a principios de los años 70, y ahora se nota el cambio". La reforma no fue fácil, porque "el debate fue muy duro", pero fue posible tras crearse "todo tipo de comisiones y grupos de trabajo, y se estudió muy en serio". Nada que ver con la situación española, en la que, como reconoció el director de la Oficina de Evaluación educativa castellano-manchega Fernando Arreaza, "hemos sido incapaces de lograr el acuerdo en un modelo que sea estable".


Remedios al fracaso escolar

 

De ahí la crítica de Morillas, que incluye entre las "agresiones psíquicas" las políticas de introducir "cada año una nueva ley o un nuevo currículo", que acaban abocando al "qué más da" a un profesorado que ya sufre un "problema de falta de reconocimiento social". Nada que ver tampoco, a la inversa, con el sistema finlandés, en el que Lähteenmäki destaca como signo de distinción el "alto nivel del profesorado" (no llegan al 10% los aspirantes que entran en la Facultad de Pedagogía, y "tienen que reeducarse toda la vida"), que goza de "gran autonomía" para aplicar las pautas estatales. Pero no es la única clave del éxito nórdico. También son decisivas las tutorías obligatorias con clases gratuitas de apoyo, que hacen que "prácticamente todo el alumnado termine", en claro contraste con el 30% de fracaso escolar español. La igualdad de oportunidades (la diferencia entre el mejor y el peor colegio ronda el 5%), el gran valor que ha dado siempre Finlandia a la enseñanza y el pleno respaldo a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral han hecho el resto.


Desde la perspectiva de género, la "autoestima de las finlandesas, que son más disciplinadas y organizadas", está consolidada en las aulas. Un perfil que también vale para Inglaterra, según explicó James Batten desde el King's Group, quien añadió alguna sugerencia para la mejora hispana, como el trabajo en equipo, que "no se ve mucho en los colegios españoles"; el currículo único elaborado por especialistas -"los políticos no son gente adecuada para hacerlo"--; los exámenes externos "para ver el progreso y marcarse metas" y la "inspección rigurosa y sin aviso anticipado" de los centros.

La esperanza femenina


En realidad, son las alumnas españolas las que protagonizan la mayor esperanza de futuro. Como señaló la profesora de Didáctica de la Universidad Complutense madrileña Antonia Fernández Valencia, el informe PISA no sólo "demuestra que las capacidades intelectuales son idénticas", sino que confirma su "enorme esfuerzo, ya que se apuntan a cursos de máximo nivel académico". Además, la ventaja femenina es creciente (15 puntos en Bachiller) a la hora de titularse. Lo que, a juicio de la propia Fernández, plantea el reto clave de "creernos la igualdad y cuestionar los modelos masculinos de competitividad que hoy triunfan" y han tenido "tan funestos resultados", porque "si no cambiamos el discurso de la diferencia, las cosas no cambiarán, o irán a peor".