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"Las aceras del Coso son una trampa"

Mª Ángeles Dehesa Palacio critica el mal estado del suelo, con baldosas rotas o levantadas que han provocado numerosas caídas en el Coso de Zaragoza.

Mª Ángeles Dehesa muestra el hueco de una de las baldosas rotas, junto a otras inestables.
"Las aceras del Coso son una trampa"
ESTHER CASAS

María Ágeles Dehesa Palacio es una de las muchas personas que han sufrido algún tropezón o caída por el mal estado de las aceras en un tramo del Coso zaragozano comprendido entre la plaza de España y la de San Miguel. "Y no es la primera vez", critica esta vecina.

 

"Baldosas rotas, pavimento levantado? Llevamos más de dos años soportando esta situación. Han arreglado el Coso Bajo y Conde Aranda, pero aquí seguimos igual. Se dijo que se iba a remodelar pero no se ha hecho nada, y está horrible". "Lo que pedimos al Ayuntamiento -continúa Dehesa- es que se mejore el firme para que no se caiga la gente porque ahora es una auténtica trampa para el peatón".

 

Esta vecina tuvo un tropiezo hace un mes. Después sufrió un percance similar su marido. Casos de este tipo ven a diario en la farmacia situada en el Coso 106. Una de las trabajadoras, B. Arrúe, relata que suelen ayudar a personas, muchas de ellas ancianas, que han sufrido caídas. "A uno se le rompió un dedo, a otro las gafas? A un amigo, y también cliente, afortunadamente no le pasó nada, pero también tuvo un tropezón. Es algo habitual".

 

Arrúe llamó hace unos días al 010, el teléfono del Ayuntamiento, para dar parte de que falta una baldosa en el suelo y que las de alrededor corren la misma suerte. Según Mª Ángeles Dehesa, desde hace unos días se puede observar el hueco en el suelo (en el que cabe el pie) y, apoyados en la pared, están los trozos de la loseta.

 

"Hay un ambulatorio en la calle de Hermanos Ibarra -muy próximo a esta zona-, está el cruce de peatones con el semáforo... Realmente esta acera es muy transitada y es un lugar que registra mucho movimiento", apunta. "La gente va rápido por esta zona para pasar la calle y no se fija dónde pisa, lo que provoca numerosos tropiezos".

 

"Y cada vez es peor. Unas baldosas se mueven, otras sobresalen, no tienen estabilidad e, incluso, se parten en trozos. Parece que hasta que no pase algo grave, no se solucionará", señala Dehesa indignada.