CONTAMINACIÓN

La imagen menos amable de los ríos

La rotura de una tubería hace ya mucho tiempo permite que se viertan aguas residuales al río en las proximidades del Camino de las Torres, en Zaragoza
La imagen menos amable de los ríos
JUAN CARLOS ARCOS

Pese a la reciente Expo sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible, Zaragoza sigue teniendo mucho que hacer por y para sus ríos. Con el lavado de cara que se hizo de las riberas del Ebro para la muestra internacional, los ciudadanos pudieron empezar a disfrutar de estas zonas, a las que siempre se había dado la espalda. Pero quienes conocen bien los ríos, saben que todavía quedan muchos flecos pendientes. Las aguas siguen recibiendo vertidos sin depurar y la contaminación afecta al agua y al ecosistema. Y, de rebote, al ser humano.


"Se trata de hacer un llamamiento a la ciudadanía. Que nos demos cuenta de que hay una relación directa entre el ecosistema y el ser humano. Esto no se trata solo de defender a los pajaritos como piensan algunos, sino que también afecta a las personas". Así de claro se muestra Mariano Mérida, miembro de la agrupación VoluntaRíos y de Ansar (Asociación Naturalista de Aragón).


El río Ebro y el Huerva siguen estando muy contaminados, aunque hay algunos casos donde los contrastes son grandes. Mérida asegura que mientras que el Huerva a la altura de Herrera de los Navarros tiene aguas casi cristalinas, de María hacia la capital el panorama es totalmente contrapuesto. "El Huerva alto y medio es una maravilla. En veinte kilómetros se pasa de un paraíso de aguas limpias y transparentes a un cúmulo de suciedad donde no puede haber vida animal", añade.


Los últimos estudios realizados en este cauce por VoluntaRíos no solo se basan en los parámetros físicos y químicos sino también en los análisis con macroinvertebrados, que son muy buenos indicadores de la calidad. Y el resultado es que hay una fuerte contaminación y que la calidad del agua es muy mala. Según denuncia la organización, en apenas unos kilómetros, los que separan Cuarte de la Fuente de la Junquera, hay 13 vertidos incontrolados, la mayoría de polígonos industriales. De 18 tramos estudiados, 14 tienen calificación muy mala y 4 muy deficiente. Y la situación del Huerva a su paso por la ciudad de Zaragoza no es mejor. Cerca del Camino de Las Torres, un desagüe roto vierte aguas residuales al Huerva.


En el Ebro, la situación se repite. En torno al 30% de los tramos tienen agua de mala calidad. Y la contaminación es muy fuerte en algunos casos. En el 2003, la constructora TPA hizo un informe del nivel de ácidos localizados en una bolsa de contaminación en el subsuelo de La Almozara. Llegó a afectar a los cimientos de un edificio. El agua de esa zona tenía un PH de 1,5, cuando el valor neutro es el 7.


Además, Mérida denuncia que, por ejemplo, ni Juslibol ni Movera depuran sus aguas, aunque están en proceso para solucionarlo. Las residuales van directamente al Ebro. También le preocupa, y mucho, que el colector de salida de aguas ya depuradas de la planta de La Cartuja no saque el agua limpia. La espuma que se forma justo en la salida es un indicador negativo. Y más aún la cantidad de árboles próximos cuyas ramas están llenas de residuos (compresas, preservativos, plásticos, bolsas...). Estas reflexiones volverán a explicarse hoy. Esta tarde, VoluntaRíos presenta un avance de las actividades que desarrollará este año. En 2008, la agrupación hizo 175 salidas y recorrieron 9 ríos. Este año, sus ideas llegarán a otros tantos.