INTERNET

Hacia el cine 'on line' de pago

¿Se puede vender agua embotellada cuando del grifo sale gratis? En el cine 'on line', el grifo tiene varios nombres -Cinetube o Pelisyonquis.com entre otros- y, mientras sigue abierto, son pocas las webs que se aventuras a embotellar películas.

Era cuestión de tiempo. El cine arranca en serio su distribución 'on line' en la web con páginas como la internacional Mubi o la española Filmin, plataformas que ofrecen económicas tarifas planas a cambio de un catálogo mejora cada día gracias a una industria rendida al evidente poder de internet.


En España, Filmotech no ha funcionado del todo, en parte por un catálogo disperso y un diseño poco atractivo, y Filmin, centrada en un cine más independiente y con un 90 por ciento en versión original, busca su nicho para abordar a los internautas.


"Estas plataformas tienen que buscarse sus formas de hacer negocio en un entorno en el que hay otras alternativas gratuitas que no son ilegales", explica el Profesor de Sistemas de Información en IE Business School.


Con esa intención, Filmin ha anunciado una tarifa plana que, por diez euros al mes, da acceso ilimitado en formato streaming -de disfrute directo on line pero sin posibilidad de descarga- a un catálogo que, de momento, comprende 250 películas. Un modelo de negocio similar al de Spotify en la música.


Detrás de esta iniciativa está Cameo Films, que se encarga de la difusión de obras cinematográficas independientes, apoyada por distribuidoras y productoras como Golem, Alta Films, El Deseo, Tornasol, Versus Entertaiment, Oberón Cinematográfica, Zentropa Producciones y Wanda.


Delante la plataforma EuroVoD, que reúne propuestas homólogas en Francia, Bélgica, Alemania, Irlanda, Finlandia y Suiza, con idea de acabar creando un banco común de películas entre todas.


¿El factor diferencial? "Nosotros somos parte de la industria, así que no tenemos a la industria en contra", explica Jaume Ripoll, representante de Filmin. La misma idea que han desarrollado con éxito en webs como Mubi.


"Nuestro secreto es nuestro enfoque: películas que a menudo son olvidadas por la prensa o la cultura mainstream, pero nunca por los amantes del cine. Nadie necesita una plataforma para ver 'Shrek 4' o 'Robin Hood'", explica Cakarel, fundador de Mubi.


La World Cinema Foundation de Scorsese, por ejemplo, vuelca en esta página -antes conocida como theauteurs.com- las películas que restaura, y 300.000 miembros registrados y 400.000 visitas el mes pasado confirman que su propuesta va ganando adeptos no sólo entre el público, sino en los magnates del cine.


"La industria del cine es muy conservadora. Ha requerido tiempo y perseverancia conseguir el nivel de calidad al que aspirábamos", asegura Cakarel.


En España, donde la piratería tiene mayor incidencia, el reto es mayor. "Hemos ideado una propuesta que dignifique internet como plataforma de ocio. Al principio fue difícil, pero ya se va entendiendo internet como una plataforma de explotación", explica Ripoll.


"Hay una masa importante de gente que no va al cine, que no iba a ir al cine de ninguna manera, pero que se convierte en parte del fenómeno y la popularidad de una película gracias a las redes p2p", asevera Dans.


Esa misma masa quizá ahora sucumba a las tarifas planas, que garantizan la calidad de las copias. Y en cuestiones de cine independiente, además, la red siempre ha sido un antídoto para los problemas de distribución.


Sin los grandes costes que implica tener que hacer copias para proyectar en cine de películas que luego tienen una audiencia modesta, Filmin puede estrenar ahora en su página títulos como "Wendy and Lucy", una de las películas más premiadas en los círculos indies en 2009, o "Goodbye Solo".


Aun así, no sólo de las películas viven estas webs. "Estas plataformas tienen que convertir sus películas en objetos sociales que la gente quiera comentar, reenviar y así dinamizarlos lo más posible", dice Dans.


Y Filmin, como Mubi, incluye archivos de críticas, foros de discusión, aplicaciones para Facebook y Twitter, así como listas, votaciones y perfiles para encontrar afinidades con otros usuarios.


Pero, como casi siempre en todos los negocios relacionados con internet, el principal obstáculo se resume en una palabra: rentabilidad.


"Esta página por sí misma no es rentable. Pero estoy convencido de que muchos espectadores descubrirán películas, de manera que irán al cine a ver la próxima película de su director", concluye Ripoll.