ENCUESTA

Españoles e italianos, los más apasionados de toda Europa

España destaca como uno de los países en los que hay más enamorados, según un estudio de Ford.

Europa rebosa amor por cada rincón. El sentimiento más antiguo del mundo está en el aire y los europeos lo respiran. Según los expertos, el amor tiene tres mil millones de años y nació como resultado de la fusión de dos bacterias.


La marca de automóviles Ford ha realizado el estudio 'Fiesta Love Factory', donde toma el pulso del corazón a los habitantes del viejo continente. Para ello ha realizado una encuesta en siete países: Italia, España, Francia, Rusia, el Reino Unido, Alemania y Hungría. Alrededor del 70% de los encuestados asegura estar viviendo una historia de amor.


Contra todo pronóstico, rusos y alemanes rompen el mito de su frialdad con una media de 6,4 y 4,8 idilios respectivamente a lo largo de sus vidas, toda una revelación. El amor eterno parece que no es un mito, al menos en el Reino Unido, donde el 82% de los encuestados piensa que es posible amar a una misma persona toda la vida.


España destaca como uno de los países en el que más enamorados hay, un 76%, porcentaje que solo superan los apasionados italianos, con un 78%. A pesar de que más de uno lo niegue, la estadística refleja que el 74% de los hombres españoles simpatiza con Cupido y sufre de amor a primera vista, en contraposición con el 66% de mujeres que han sido alcanzadas por el clásico "flechazo".


El informe apunta a que esta forma de encontrar el amor es común entre los españoles menores de 25 años, aunque los mayores de 56 también se fían de las primeras impresiones. Los datos consagran a los ingleses y franceses como los más olvidados por las flechas del amor. La media naranja o el alma gemela siguen siendo mitos en nuestro país, el más escéptico al respecto: el 88% de los encuestados asegura haber vivido algún desengaño.


Según los entendidos, el amor es el resultado de un proceso químico: cuando se genera más oxitocina de lo normal varían los niveles de testosterona, se dispara la dopamina y la serotonina baja. Entonces, no hay ninguna duda: estamos enamorados.