Entre las cuerdas de Rafa Nadal

Gorka Alday, de 34 años, es encordador de profesión. Y ha trabajado con los mejores tenistas del mundo

El encordador Gorka Alday, ayer en las instalaciones del Real Zaragoza Club de Tenis.
Entre las cuerdas de Rafa Nadal
TONI GALÁN

Nadal, Federer, Murray, Djokovic, Del Potro, Verdasco? Además de haberse instalado en la élite mundial, y de ser los tenistas más cotizados del momento, todos presentan otro denominador común: sus raquetas han sido ajustadas, pulidas y armonizadas por la destreza de Gorka Arday, uno de los encordadores más prestigiosos de todo el panorama internacional.

 

Nacido en Santurce (Vizcaya), pero afincado en Huesca desde hace nueve años, Gorka desarrolla una función de enorme relevancia para el tenista: 'afinar', con precisión y minuciosidad, la herramienta de trabajo del jugador.

 

Durante estos días, Gorka se ocupa de todos los participantes del 'Torneo Futures', competición que se celebra, hasta el próximo domingo, en el Real Zaragoza Club de Tenis. Y se aplica con tenacidad: "Desde el pasado viernes, ya he rebasado las 100 raquetas. Un número considerable de encordados, teniendo en cuenta que en torneos como el Godó, por ejemplo, llegamos a adecuar alrededor de 350... ¡pero entre cinco personas!", confiesa.

 

¿Y en qué consiste su trabajo? Gorka lo resume en apenas ocho líneas: "Los jugadores nos traen su marco de raqueta, junto con el cordaje que consideran más favorable para ellos, bien sea por su constitución física o por el tipo de juego que desarrollan; y nosotros ponemos la tensión exacta que demandan", explica Gorka, que suele invertir alrededor de 20 minutos en cada raqueta. "Salvo una vez, en el Máster Series de Madrid, con el tenista Guillermo Cañas", confiesa. "Afrontó un partido con solo dos raquetas... ¡y rompió el cordaje de las dos! Nunca he corrido tanto. De hecho, en apenas diez minutos ya estaba jugando otra vez", recuerda.

 

El encordador defiende la importancia que adquiere su trabajo, sobre todo en la alta competición. "No podemos garantizar que un jugador gane un partido; pero sí garantizamos que no lo vaya a perder. Buscamos que el tenista no pierda ni un solo instante pensando que su raqueta no está bien adecuada", señala. Y todo debe acondicionarse "a las características de la pista, la climatología e incluso la confianza que tenga ese día el propio jugador. Además, no es lo mismo actuar en Wimbledon, donde el intercambio de golpes se reduce, que competir sobre tierra batida", añade.

 

En los próximos días, Gorka estará presente en el Godó, Estoril y Madrid, donde de nuevo bregará entre las cuerdas de los mejores tenistas. "Aún me llama la atención que Nadal, el número uno, utilice un cordaje muy habitual; un tipo de cuerda que se puede encontrar en cualquier tienda de deportes de Zaragoza", revela.