DISCAPACIDAD

En uno de cada cinco hogares españoles vive un discapacitado

Más de un millón de discapacitados dicen carecer de ayudas, según la Encuesta de Discapacidad del Instituto Nacional de Estadística

Uno de cada cinco hogares españoles tiene entre sus miembros a alguna persona con discapacidad. En total, 3,84 millones de individuos, el 8,5 por ciento de la población. De ellos, en torno a 1,3 millones dicen carecer de cualquier tipo de ayuda para valerse en el día a día. Más de 600.000 discapacitados viven solos. Los problemas de movilidad son los más recurrentes. Son datos perfilados por la Encuesta 2008 de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD), difundida este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).


El estudio ofrece una panorámica de la discapacidad en España y su evolución. A pesar del abultado número total de discapacitados, la tasa en relación al conjunto de la población ha descendido medio punto, de 9 por ciento del año 1999, año de la última encuesta monográfica, al 8,5 actual. La explicación es a medias demográfica y social. El envejecimiento de la población incrementa el número de discapacitados pero se contrarresta en parte con la mejora de las condiciones asistenciales y sanitarias.


Por sexos, las enfermedades o achaques incapacitantes se ceban en las mujeres, 2,30 millones frente a 1,55 millones de varones. Las tasas de discapacidad femenina se disparan a partir de los 45 años; en tramos de edad inferiores hay más hombres que mujeres. En 2008, la edad media del discapacitado español es de 64,3 años, mientras que en 1999 era de 63,3. En general, recalca el INE, "la discapacidad aparece a edades más tardías".


Por territorios, los que cuentan con mayores tasas de personas con algún tipo de discapacidad a partir de los 6 años, son las ciudades autónomas de Melilla (11,86%) y Ceuta (11,32), Galicia (11,29), Extremadura (10,99), Castilla y León (10,86) y Asturias (10,37). Las que menos, La Rioja (6,16), Cantabria (7,0), Baleares (7,10) y Canarias (7,13).


En todas las regiones las dificultades motoras son las de mayor prevalencia; un 6 por ciento de la población confiesa problemas para moverse. Otro 5 por ciento acusa incapacidades para desenvolverse en la vida doméstica, y un 4,3 por ciento para el autocuidado (aseo, higiene ) A partir de los 80 años estos tres principales apartados afectan a siete de cada diez discapacitados.


En general, tres de cada cuatro discapacitados admiten dificultades para las actividades básicas de la vida diaria - lavado y aseo, comer y beber, cuidado de la propia salud, desplazarse dentro y fuera del hogar, funciones fisiológicas, preparar comidas, vestirse y desvestirse, evitar situaciones de peligro -. Las limitaciones se agravan con la edad. Entre los 6 y los 44 años seis de cada diez discapacitados refieren problemas con alguna de estas funciones básicas; a partir de los 80 años la proporción se eleva al 86 por ciento.


Con o sin ayudas


De acuerdo con los datos del INE, el 67 por ciento del total de discapacitados recibe algún tipo de ayuda. Más de dos millones de personas cuentan con asistencia, supervisión o cuidados personales, y casi millón y medio dispone de ayudas de tipo técnico. Sin embargo, más de un millón de personas asegura no recibir apoyo alguno para realizar las actividades que su incapacidad les impide, el 26,6 por ciento del colectivo. Hay más hombres desatendidos (31,7 por ciento) que mujeres (23,2 por ciento).


Entre los cuidadores las féminas son abrumadora mayoría, el 76,3 por ciento. Hasta los 64 años hay cuatro mujeres cuidadoras por cada hombre. Entre los octogenarios las tareas de cuidador se reparten de forma equitativa entre ambos sexos. Por primera vez la EDAD recoge datos de residencias e instituciones geriátricas. En España 270.000 residentes en este tipo de centros afirman tener alguna discapacidad, lo que representa casi el 93 por ciento del total.