El barco Rainbow Warrior II de Greenpeace se retira después de 22 años surcando los mares protegiendo el medio ambiente para convertirse en un barco hospital para la oenegé Friendship de Bangladesh, ha informado la organización.

En una ceremonia celebrada en Singapur, Greenpeace ha traspasado su titularidad a la oenegé Friendship y el buque de protesta ha sido rebautizado con el nombre de Rongdhonu (arco iris en bengalí).

A partir de ahora, el barco permanecerá en la costa de Bangladesh y en el Golfo de Bengala proporcionando atención sanitaria primaria, secundaria y urgente a algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo que tienen poco o ningún acceso a instalaciones sanitarias básicas.

Ayuda médica a las áreas afectadas por el cambio climático

Además, el Rongdhonu también servirá como barco médico de emergencia en la región, lo que permitirá a Friendship llevar ayuda médica a esas áreas que ya sufren los efectos del cambio climático.

Durante la ceremonia de cesión, Mike Finchen, capitán del Rainbow Warrior II, ha citado la profecía de los indios Cree que inspiró el nombre del barco: «Llegará un día en que la Tierra enferme, y en ese tiempo nacerá una tribu ... que trabajará para sanarla.... y serán conocidos como los Guerreros del Arco Iris»

«En este buque han viajado gentes de todo el mundo, es icono de esperanza frente al pesimismo -ha añadido- y un símbolo de la acción frente a la autocomplacencia».

Tras la toma de posesión del Rongdhonu, el buque tiene previsto navegar de Singapur a Bangladesh donde se espera que llegue al puerto de Chittagong en septiembre de 2011.

El tercer Rainbow Warrior está casi listo

No obstante, Greenpeace no permanecerá mucho tiempo sin un Rainbow Warrior ya que la construcción del nuevo Warrior, el tercero en llevar este nombre, está casi finalizada; el buque se unirá a la flota de Greenpeace en octubre coincidiendo con el 40 aniversario de la organización ecologista.

El Rainbow Warrior II navegó por primera vez con Greenpeace en 1989 reemplazando al buque original que había sido bombardeado y hundido por agentes del Gobierno francés en 1985.

Durante más de dos décadas el buque ha proporcionado ayuda humanitaria a las víctimas del tsunami del sudeste de Asia en 2004, bloqueó las pruebas nucleares y los envíos de madera ilegal procedente de los bosques primarios y ha surcado los mares de todo el mundo para protestar contra la sobrepesca, o la caza de ballenas.

En uno de sus últimos viajes navegó a la costa de Fukushima para realizar muestreos de radiación.