PEDERASTIA

El obispo de Castellón pide perdón por los abusos de un carmelita a un menor

Califica de "inadmisible" el presunto caso, que fue denunciado el lunes pasado por la propia orden ante la Fiscalía.

El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López, calificó ayer de "inadmisible en la Iglesia y en la sociedad" el caso de supuestos abusos a un menor por parte de un integrante de la orden de los Carmelitas Descalzos de Castellón y pidió "perdón" por estos hechos.

Un comunicado del Obispado explicó que los superiores de la orden comunicaron el lunes al obispo las medidas que pensaban tomar tanto "en el ámbito eclesial como civil". El obispo aseguró que eran los superiores de la orden en la provincia los "competentes para cualquier actuación, tanto en foro eclesial como estatal, al no residir ya en la diócesis ni tener ningún ministerio encomendado en la misma".

El obispado "comparte y corrobora" la "colaboración con las autoridades judiciales para el esclarecimiento de los hechos", añadió la nota. El obispo mostró además su "consternación por los hechos denunciados que, de ser veraces, son inadmisibles en la Iglesia y en la sociedad" y dijo unirse "al dolor de la víctima, de sus padres y la familia", y les pide "perdón".

"Un solo caso de abuso por parte de un sacerdote es inaceptable y es motivo de profundo dolor por la víctima, por la infidelidad del sacerdote a su ministerio y por el debilitamiento de la misma Iglesia, llamada a ser santa", remarcó.

La nota del Obispado advirtió de que casos como este "no pueden poner bajo sospecha poco menos que a todos los sacerdotes, ni la disciplina del celibato por la que se rigen". El Obispado reconoció asimismo "la extraordinaria labor que realizan los Carmelitas Descalzos en la Diócesis, y desea que un caso como este no ensombrezca su acción pastoral y la confianza que justamente muchas personas ponen en ellos".

La orden trasladó el lunes a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana una denuncia de presuntos abusos a un menor por parte de un carmelita, "siguiendo con ello fielmente las recomendaciones de la Iglesia católica". En un comunicado, precisaron que este hecho no suponía "prejuzgar conducta alguna" y se hacía "con pleno respeto a la presunción de inocencia".