HERALDO ABIERTO

El laurel de la cárcel pide ayuda

Los vecinos de Torrero y La Paz critican la falta de mantenimiento del árbol centenario que se salvó del derribo de la cárcel. Es un especia única y un símbolo de libertad del barrio. Tanto, que el Ayuntamiento modificó el plan urbanístico de la zona para conservarlo.

El laurel de la cárcel pide ayuda
El laurel de la cárcel pide ayuda

De la cárcel de Torrero quedan el edificio neomudéjar de la entrada (se rehabilitará para convertirlo en centro cultural), los suelos sobre los que se están levantando viviendas y el recuerdo. Y el laurel. En el patio de la enfermería de la prisión se alzaba un frondoso laurel de Indias de más de 20 metros de altura. Su copa se podía ver por encima de los muros. Los presos inscribían sus nombres en la base del tronco. Las asociaciones de vecinos del barrio y colectivos ecologistas consiguieron salvarlo de la piqueta, cuando la cárcel fue derribada, en 2005. Sin embargo, denuncian que la falta de mantenimiento amenaza ahora a este árbol centenario, símbolo del barrio y de la lucha por las libertades.


"Con todo lo que costó mantenerlo, es una pena que ahora lo tengan abandonado. Hace cinco años, hablamos con el Ayuntamiento y se cambió el proyecto urbanístico de la zona para conservarlo. Pero ahora, ni se cuida, ni se riega, ni se poda. No ha venido nunca un jardinero", afirma Javier Grassa, de la asociación de vecinos Venecia-Montes de Torrero. "Se ha tratado más como una molestia que como un símbolo. Ha sobrevivido porque es un árbol fuerte, pero no está en buenas condiciones y debería cuidarse más", apunta Javier Serrano, de la asociación de vecinos El Cantero.


Los colectivos vecinales y ANSAR lucharon mucho por que se conservara este laurel centenario, catalogado como árbol singular. "Es un símbolo identitario de todo el barrio. Se debería preservar con un mimo especial, igual que se hace con los monumentos", subraya Chema Gregorio, de la asociación de vecinos de La Paz. Este árbol es una rareza en España. Los orígenes del laurel no están muy claros. "Antes de que se construyera la cárcel, en 1928, esta zona del barrio de Torrero estaba ocupada por unos viveros municipales. Y puede ser que trajeran especies exóticas para estudiarlas", cuenta Chema.


El proyecto de urbanización de los terrenos de la cárcel contemplaba tirar todos los edificios de la prisión (salvo el de la entrada), así como el laurel, para la construcción de viviendas y equipamientos para el barrio. Finalmente, Urbanismo atendió a las demandas vecinales y modificó el plan, creando una plaza para el árbol. Las obras en la zona van un poco más lentas de lo anunciado inicialmente. Se está terminando la construcción de un centenar de VPO y ya está hecho un aparcamiento subterráneo. Faltan más viviendas y un gran centro cultural.


El laurel está en una pequeña plaza, rodeado de arbustos secos y con varias ramas rotas. "Estaba mejor cuidado cuando estaba dentro de la cárcel que ahora. Los muros lo protegían de las inclemencias del tiempo y los presos lo cuidaban y lo regaban. Para ellos era un símbolo de libertad", recuerda Chema. Cuando derribaron la cárcel, había muchos brotes pequeños rodeando el árbol. "Los vecinos nos llevamos los brotes en macetas. Hay muchos 'hijos del laurel' en las casas del barrio", apunta.


Desde el Área de Parques y Jardines del Ayuntamiento reconocen que "el árbol está sufriendo". "Estamos buscando alguna solución para sujetar el árbol y suavizar su deterioro. No es que no se atienda bien, es que han cambiado sus condiciones. El laurel creció a resguardo, protegido por los muros de la cárcel y ahora está muy expuesto", señalan fuentes municipales.


La cárcel de Torrero abrió sus puertas el 5 de octubre de 1928 y se demolió el verano de 2005 (los presos habían sido trasladados a Zuera en 2001). "El laurel es el ser vivo que más condena ha cumplido en la cárcel, desde el principio hasta el final. No lo pueden dejar morir ahora que está en libertad", señalan los vecinos.