PREMIOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS

El espíritu de superación deslumbra Oviedo

Los valores de la Roja, que glosó Del Bosque, marcan la entrega de los Premios Príncipes de Asturias. Los sociólogos Bauman y Touraine y Maalouf también intervinieron.

Del Bosque, Aragonés y los integrantes de la selección de fútbol, recibiendo los aplausos.
El espíritu de superación deslumbra Oviedo
J. SORIANO/AFP

Entre las alabanzas a los jugadores y el reconocimiento al privilegio que supone el estatus de un deporte con el máximo reconocimiento social, se movió ayer el discurso de Vicente del Bosque, el más aplaudido en el acto del Teatro Campoamor. El entrenador de la Roja reconoció que "somos beneficiarios de un estatus, unos privilegios y unas responsabilidades que no pueden ignorarse" y se refirió a unos jugadores, los de la Roja, que "reúnen todas las virtudes que un entrenador ha deseado siempre". En la ceremonia intervinieron también el escritor Amin Maalouf y los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman.


Ante un público que abarrotaba el coliseo ovetense, Del Bosque dijo que "el fútbol no deja indiferente a nadie ni es artículo de menor cuantía". Habló de la selección que dirige y que, según explicó, "abanderamos y articulamos un fenómeno universal de cuya trascendencia no cabe duda y que nos anima a tratar de ser mejores cada día".


Según explicó, esta selección "es depositaria de unos valores que van más allá de los éxitos puntuales y de su materialidad, y es, también, legítima heredera de una tradición que nos honra". Enumeró esos valores, "el esfuerzo, el sacrificio, el talento, la disciplina, la solidaridad y la modestia". Aseguró que los jugadores que han alcanzado los mayores éxitos de un siglo de selección española "han sido leales a dichos principios y a los de la deportividad y el honor; defendiéndolos alcanzaron la victoria final; de otro modo, no habría sido posible".


Del Bosque no pudo contener su emoción cuando dijo que "el grupo que represento reúne todas las virtudes que un entrenador ha deseado siempre". "La inolvidable victoria que nos brindaron en Sudáfrica queda para la historia y sus intramuros. La humildad de un grupo de futbolistas que han hecho de la modestia un arma tan poderosa como su mismo y arrebatador juego", añadió.


Cuando el Príncipe de Asturias entregó el galardón a Del Bosque y a los jugadores, se escuchó el más fuerte y prolongado de los aplausos de la tarde en el Campoamor. El público ovacionó especialmente el momento en el que el míster invitó a subir al escenario a su antecesor al frente de la selección, Luis Aragonés.


El escritor libanés afincado en Francia, Amin Maalof, habló en nombre de todos los galardonados, como es tradicional con el distinguido con el premio de Las Letras. Pronunció un discurso centrado en la convivencia entre distintas culturas y se refirió al valor de la cultura y a la crisis de valores inherente a todo periodo de dificultades económicas y convulsiones sociales.


Odio y violencia

Dijo que "las naciones que se asientan en los cimientos de la diversidad étnica y la inmigración se hallan entre las más dinámicas del planeta, y basta con mirar a la otra orilla del Atlántico para convencerse de ello". Pero recordó que "a este dinamismo lo acompañan con frecuencia trastornos, discriminaciones, odio y violencia", porque "la diversidad no es ni una bendición ni una maldición. Es una realidad".


Afirmó que "vivir juntos no es algo que les salga de dentro a los hombres, la reacción espontánea suele ser la de rechazar al otro; para superar ese rechazo es precisa una labor prolongada de educación cívica". Asimismo, reivindicó el papel de cultura y proclamó que su papel "es aún más crucial en épocas descarriadas, y la nuestra es una época descarriada".


Los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman, premio de Comunicación y Humanidades, siguieron con especial atención el discurso de Maalouf. Bauman tributó un homenaje a Miguel de Cervantes por demostrar que "la única cosa que nos queda frente a esa ineludible derrota que es la vida es intentar comprenderla" y "eso fue su gran descubrimiento sin parangón".


En este escenario también recogieron sus galardones Manos Unidas (Concordia), el equipo arqueológico de los Guerreros de Terracota de Xi'an (Ciencias Sociales), los bioquímicos David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins (Investigación) y The Transplantation Society y la Organización Nacional de Trasplantes (Cooperación Internacional).