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Dos años de lucha contra una antena

Varios vecinos del Actur entregaron ayer 6.000 firmas
Dos años de lucha contra una antena
ESTHER CASAS

Más de seis mil vecinos del Actur se han movilizado en poco más de un mes para recoger firmas contra la instalación de una antena de telefonía (tipo UMTS, para llevar Internet a los móviles) en la calle de Emilia Pardo Bazán, 12. Varios representantes vecinales entregaron ayer las firmas en el Ayuntamiento de Zaragoza, que se suman a las 700 alegaciones de particulares, asociaciones, centros y comunidades de vecinos que se presentaron en junio. Los vecinos temen que las radiaciones afecten a su salud y reclaman un mayor control sobre este tipo de emisiones. En la actualidad hay un gran debate científico sobre los posibles efectos de las antenas.


Los vecinos de la zona llevan dos años luchando contra esta instalación. En junio de 2007, denunciaron que en el número 12 de Emilia Pardo Bazán se comenzaba a colocar una antena de telefonía móvil. Urbanismo paralizó la instalación, porque no contaba con los permisos necesarios (no estaba incluida en el Plan de Implantación), y le impuso una sanción a Telefónica de 30.000 euros por una falta muy grave.


Este año, Telefónica Móviles España S.A. ha solicitado la ampliación del Programa de Implantación, paso necesario y previo a la instalación de una nueva antena. El 11 de mayo se publicó su solicitud en el Boletín Oficial de la Provincia y salió a exposición pública. Este periodo ya ha terminado. Ahora falta resolver las alegaciones y debatir la solicitud en Urbanismo y en el pleno del Ayuntamiento. El tema podría estar resuelto en septiembre.


"La respuesta vecinal ha sido impresionante. La gente está muy preocupada. Cuando hay una respuesta ciudadana tan masiva deberían tenernos en cuenta", afirma Pablo Buisán, vecino de la calle. "Es un punto sensible, muy cerca de una guardería, un centro de salud, un colegio y una residencia de ancianos. No tenemos garantías de que las antenas sean inocuas", subraya otro vecino, Carmelo Merino.


Preocupación por Valeria


Una de las más preocupadas y combativas es Lola Pérez de Pablo, que vive con sus tres hijos en el número 8, a 27 metros del edificio donde quieren colocar la antena. Su hija pequeña, de tres años, está enferma de leucemia. "Nosotros llevamos 15 años viviendo aquí y en el Actur hay 30 antenas, algunas muy cerca de nuestra casa. Estamos rodeados", afirma la madre. La enfermedad fue diagnosticada el 13 de marzo de 2009 y la niña tiene que seguir un largo tratamiento durante varios años con quimioterapia. Sus padres temen que su salud empeore.


Para colocar una antena es necesario el acuerdo unánime de toda la comunidad de propietarios. El edificio de Emilia Pardo Bazán 12 es de un único dueño, que está de acuerdo, y todos los vecinos son alquilados, por lo que su opinión no cuenta.


"La ordenanza municipal señala que no pueden instalarse antenas de telefonía móvil a menos de 100 metros de guarderías, escuelas y centros sanitarios. En los bajos del edificio hay una guardería, a 90 metros está un centro de salud (el Actur Oeste), a 140 otra guardería y a 230 el colegio Río Ebro, al que van mis dos hijos mayores y en el que empezará Valeria a partir de Navidad. En otros países, como Italia y Suecia, se exige una distancia mínima de 500 metros respecto a cualquier núcleo habitado", señala Lola.


Fuentes de Urbanismo explican que la ordenanza está anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, porque el Ayuntamiento no es competente. El Ministerio de Industria tiene las competencias en materia de antenas de telefonía y es quien debe dar el visto bueno a la potencia de las estaciones. En los últimos años, se han instalado una decena de antenas en Zaragoza con la oposición del Ayuntamiento. Tras el rechazo del pleno, las compañías recurren a los juzgados, que en muchos casos les están dando la razón y les permiten instalarlas.