TEMPORAL DE VIENTO

Dolorosa despedida a los niños fallecidos en Sant Boi

El alcalde de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Jaume Bosch, se ha comprometido a "esclarecer al máximo" las causas que provocaron el derrumbamiento en el campo de béisbol.

Más de 2.000 personas han asistido en Sant Boi al funeral por los cuatro niños que murieron el pasado día 24 al derrumbarse un pabellón deportivo en este municipio debido al fuerte temporal de viento.


El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustín Cortés, ha oficiado la ceremonia en el polideportivo La Parellada de Sant Boi, a la que ha asistido el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el conseller de Interior, Joan Saura, así como otras autoridades locales y comarcales, como el alcalde de Sant Boi, Jaume Bosch.


Durante la homilía, el obispo ha recordado a la familias de las víctimas que no están solas y que toda una ciudad comparte su dolor, y ha querido dar "esperanza y fuerza" a las familias destrozadas por el dolor.


El obispo de Sant Feliu también ha tenido un recuerdo para los heridos en el siniestro que continúan hospitalizados y evolucionan favorablemente. Los cuatro féretros, que han llegado juntos al polideportivo en coches fúnebres cubiertos de coronas de flores blancas, han sido recibidos por los asistentes al sepelio con un cerrado aplauso, al que ha seguido un impactante silencio.


Las familias de las víctimas han pedido, por recomendación del equipo de psicólogos que las atienden, que los medios de comunicación no entrasen en el recinto y no se captasen imágenes del interior.


Agustín Cortés ha subrayado, en su homilía, que "una tragedia así es difícil de superar, pero tenemos que hacerle frente y tener confianza y esperanza", al tiempo que ha confiado en la pronta recuperación de las personas heridas en el derribo del pabellón deportivo y que están ingresadas en diferentes hospitales.


Algunos profesores, amigos y compañeros de los fallecidos han tomado la palabra al finalizar el sermón para recordar la vitalidad de los pequeños y su pasión por el béisbol. Los compañeros del equipo de béisbol de Sant Boi han pedido que el estadio lleve el nombre de las cuatro víctimas.


El alcalde de Sant Boi ha apuntado que "nuestro objetivo ahora es facilitar todos los trámites a los familiares", y ha destacado que "ya están pasando por un momento difícil, por lo que tenemos que facilitarles al máximo todo".


Una vez finalizada la ceremonia religiosa, que ha durado más de una hora y media, los coches fúnebres han vuelto a formar una comitiva para dirigirse hasta el cementerio.


Los féretros han salido igual que han entrado: entre aplausos de las más de 200 personas que esperaban a las puertas del Polideportivo La Parellada y que no han podido acceder a su interior para asistir al funeral.


Los asistentes al acto también han despedido con fuertes aplausos a los familiares de las víctimas. Algunos de los familiares de los niños han requerido asistencia médica durante el funeral, ya que han sufrido crisis de ansiedad y desvanecimientos.