SALUD

Desayuno hogareño, pero solitario

El presidente de la Fundación Española de Nutrición, Gregorio Varela, dijo que "el desayuno no goza de buena salud", lo que le llevó a abogar por un Día Nacional del Desayuno. Pero sonó más bien a 'perfeccionismo' de nutricionista, porque los últimos datos del Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria que realiza el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) dibujan un escenario mejorable, pero no catastrófico. De hecho, apenas un 1,4% de españoles nunca desayuna. La gran mayoría,


71,7%, lo hace siempre en casa --aunque bastante en solitario entre semana--, mientras el 3,7% lo hace solamente fuera; el restante 23,2% combina ambos escenarios.


El consejo básico de Varela fue que el desayuno sea la auténtica "primera comida del día", que "debe aportar el 25% de la energía" (690 kilocalorías del total recomendado de 2.761) de la jornada, cuya distribución calórica se completaría con un 30-35% de la comida, 15-20% de la merienda y 25-30% de la cena. "Hay que darle la importancia necesaria", insistió, porque es "un hábito saludable para lograr un óptimo rendimiento físico e intelectual" y conseguir una nutrición correcta y equilibrada. Y la infancia, remachó, es la "etapa clave para implantar" esa buena costumbre alimenticia, cuyos ingredientes deberían guiarse por el mismo principio de la dieta mediterránea de toda la vida, o sea, "de todo un poco, moderadamente", porque "no hay ningún alimento 100% ni 0%".

Peor fuera


La dieta mediterránea permite "muchas combinaciones saludables para el desayuno", apuntó la directora general de Industria y Mercados Alimentarios del MARM, Isabel Bombal. Y el subdirector general de Estructura de la Cadena Alimentaria, José Miguel Herrero, se apoyó en el Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria para bucear en los hábitos ciudadanos y detectar sus aspectos mejorables. Sobre todo en el desayuno fuera de casa, que no sigue las pautas de equilibrio nutricional recomendadas y debería "consumir más frutas, leche y derivados, grasas y proteínas".


En el hogar, el punto más flaco tiene que ver con las prisas, que se manifiestan de dos maneras, el poco tiempo dedicado a esa primera comida (13,4 minutos en días laborables y 18 en fin de semana, por 19 fuera de casa) y el desayuno de pie de casi la cuarta parte de las personas encuestadas (lo hace siempre el 17,1% y a veces el 8%, aunque sigue siendo clara mayoría el 74,9% que se sienta siempre). En todo ello quizás tenga alguna influencia la frecuente 'soledad' del desayuno entre semana (63%), que se equilibra los sábados y domingos, cuando se hace más vida familiar y el 59,4% empieza la jornada en gastronómica compañía.

1,79 euros por desayuno

El 73,1% no desayuna nunca fuera, mientras el 5,2% lo hace todos los días y el 7,1% casi todos; el 15% restante se reparte a medias entre quienes lo hacen más de dos veces por semana o solamente los sábados y domingos. La población española gasta el 31% de su presupuesto alimenticio fuera de casa, casi 30.000 millones de euros. En cuanto al desayuno, supone el 10,9% de los consumos realizados fuera del hogar, aunque no del total gastado, ya que el precio por persona ronda los 1,79 euros. El lugar preferido es la cafetería (50,5% y 1,78 euros de media), seguido del bar o taberna (16,6% y 1,97 euros) y la panadería o pastelería (8,1% y 1,75 euros).


Entre los motivos para desayunar fuera de casa dominan la lejanía del hogar (23%), el placer o capricho (22%), la comodidad (19%) o el impulso (14%). Pero cada edad tiene sus razones: las ya citadas son las habituales en el grupo de 18-34 años, mientras el de 35-54 alude más a la falta de tiempo y al trabajo; familia y vacaciones pesan más hasta los 17 años, y a partir de 55 lo hacen las amistades, la pareja y las vacaciones.

Poca variación

Los últimos datos del Observatorio del Consumo también desvelan qué desayunamos. Y aunque el 77,8% que toma en casa entre dos y tres alimentos pueda sugerir cierta variedad, lo cierto es que manda la rutina: el 69% siempre consume lo mismo -costumbre aún más marcada en los hombres--, en una lista donde mandan el café con leche, el pan, el aceite de oliva y las frutas enteras. Fuera de casa, todo indica que la alimentación es menos saludable, porque al café y la base de pan se le suman la bollería y, en menor medida, el jamón y embutidos.