SANIDAD

Consultas de humor estival

Las asociaciones que ayudan a los niños ingresados en los hospitales no veranean. Ni el calor puede con su compromiso.

Una pareja de 'clowntagiosos' va cada jueves por la tarde al hospital para amenizar el día a los niños ingresados.
Consultas de humor estival
CLOWNTAGIOSOS

Se presenta con su bata blanca en las habitaciones de los niños ingresados en el Miguel Servet. Pero no es médico. Es uno de los muchos voluntarios comprometidos con distintas asociaciones que intentan amenizar la estancia de los más pequeños en los hospitales. Dos días a la semana, de 11.00 a 13.00, Juan de Dios intenta ser una ventana al exterior para los niños que se ven obligados a pasar el verano ingresados. Pertenece a la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer), cuya coordinadora en el Miguel Servet, Olga Huerta, informa de que todas las mañanas un grupo de tres o cuatro voluntarios va a recoger a los niños que pueden salir de su habitación para llevarlos a la ciberaula, un espacio con ordenadores, libros y juegos. "A los mayores solo hay que ponerles el ordenador, les encanta. Con los pequeños, jugamos o hacemos manualidades", comenta Juan. "En cuanto ven una bata blanca, hay rechazo y es difícil que se separen de sus padres, pero luego, cuando saben a qué vienes, están deseando bajar", añade.

También llevan bata blanca los 'Clowntagiosos', que se presentan cada jueves, por parejas, en las habitaciones del hospital. Pero aparte llevan pelucas, grandes narices rojas y enormes zapatos. "Jo, qué bien estás aquí con el aire acondicionado", es una de las frases que se les puede oír decir a estos payasos terapéuticos.

Intentan que los niños busquen el lado positivo de su encierro y que pierdan el miedo al hospital. "Solemos llevar material médico de mentira para desmitificar la figura del médico. Por ejemplo, un fonendoscopio por el que se escuche música graciosa. Queremos que los chiquillos se sientan seguros y se rían", explica Javier López, uno de los fundadores de los 'Clowntagiosos'.

Si para un niño ya es duro estar cinco minutos quieto, pasar el mes de agosto en un hospital en vez de en la piscina es de lo más difícil. Por eso, los padres reciben encantados cualquier intento por distraer a sus hijos. "Agradecen mucho que cortemos un rato con la dinámica del hospital y, por supuesto, es genial saber que el niño se lo pasa bien contigo", comenta Marta, voluntaria de Aspanoa, la asociación de padres de niños oncológicos de Aragón, también presente a diario en el centro. Cada tarde, una o dos personas van a oncopediatría para hacer talleres de manualidades: broches de fieltro, pulseras, patatas crece-pelo? Cualquier cosa para que dejen de añorar el parque. Para hacer que el día en el hospital sea un poco más corto, Aspanoa se ha encargado también de que haya un DVD y una Play Station en cada habitación.

Como estos niños no pueden irse de vacaciones, estas asociaciones y sus voluntarios tampoco lo hacen y dedican sus horas de agosto a intentar que este año el verano les deje también algunos buenos recuerdos.