RECORTE DE GASTOS

¿Cómo nos consolamos en tiempo de crisis?

Las reuniones en casa con los amigos y las vacaciones en el pueblo son algunas de las alternativas para recortar gastos y seguir disfrutando del tiempo libre y del ocio a pesar de los problemas económicos.

La crisis económica que atraviesa España ha obligado a la sociedad a cambiar algunos hábitos y a adaptar sus alternativas de tiempo libre a sus bolsillos. La disminución de la capacidad adquisitiva está produciendo cierto pesimismo en la población y miedo a que esta situación se prolongue en el tiempo.


Todo esto ha llevado a muchos ciudadanos a reorganizar su presupuesto y priorizar necesidades. El doctor en Sociología y director del Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza Carlos Gómez Bahillo afirma que «la mayor parte de la población ha reducido su consumo habitual, aunque ello no quiere decir que haya gastos que, aparentemente pueden ser considerados como prescindibles, y que continúan manteniéndose». Por ejemplo, se han reducido las partidas destinadas a consumo de imagen, incluyendo en ello el dinero destinado a la compra de ropa, zapatos, cosméticos de lujo, cuidado de imagen personal, etc., pero en cambio no se ha reducido de igual manera lo destinado a cuestiones relacionales». No se ha producido un descenso significativo a la hora de salir de bares, de tapas o a cenar fuera los fines de semana, aunque se reduce el gasto en comer fuera de casa los días laborables, como señala Gómez Bahillo.


Las reuniones en casa con los amigos para salir menos los fines de semana son otra opción a la hora de reducir gastos. Unos recortes que no han llegado a la vida relacionar como indica el profesor. Lo mismo ha ocurrido con los viajes y las salidas de fin de semana. Se han recortado gastos en los viajes vacacionales y se opta por la vuelta al pueblo o a la segunda residencia en la playa o en la montaña.


Carlos Gómez Bahillo destaca que «tardamos más tiempo en cambiar de coche, los muebles, las reparaciones y mejora de la vivienda, nos hacemos trabajos domésticos nosotros mismos y evitamos acudir a profesionales externos, etc.» y así reducir el presupuesto en el consumo de bienes y servicios.

Los problemas de la crisis


Los cambios de hábitos de consumo y de nivel de vida están generando frustración tras perder la fuente de ingreso que permitía este estilo de vida, según señala Gómez Bahillo. «Aquellos que han perdido su empleo y como consecuencia de ello, en ocasiones, también su vivienda, han tenido que terminar por irse a vivir con amigos u otras parejas, o finalmente al domicilio de sus progenitores, lo que genera una situación de desesperación y pérdida de horizonte».


Recientemente, el sindicato Comisiones Obreras alertaba de que la crisis y el desempleo agravan la drogodependencia. La falta de trabajo es un elemento que puede precipitar el desarrollo o recaída en una adicción. Por su parte, Carlos Gómez Bahillo señala que el desajuste económico provocado por la crisis ha producido un desequilibrio psicológico en algunas personas, lo que puede incrementar «situaciones y procesos de violencia relacional, aumento del consumo de alcohol, drogodependencia, ludopatías, etc., lo que ha afectado no sólo a la propia persona sino en la mayoría de las ocasiones a su familia».


Otro problema importantes que destaca el doctor en Sociología es el «aumento importante de la exclusión social», ya que es «cuantitativamente importante el colectivo de personas que han visto disminuir sus ingresos y con ello, su seguridad y bienestar personal y familiar, y que están viviendo situaciones próximas a la marginalidad social».