¿Cuál es el trasfondo del intento de prohibir los toros en Cataluña?

Es una cuestión política, algo que han confirmado los propios parlamentarios catalanes. Está fundamentado en la necesidad de abolir símbolos que vinculen esa comunidad autónoma a España, entre ellos, el toro. Han querido crear una vinculación con el franquismo porque cuando falta argumento y programa en política, se crean enemigos para justificar el sueldo.

¿Servirá de algo el paseíllo reivindicativo del torero Serafín Marín ataviado con una barretina y una señera el pasado domingo?

Que sirva o no es lo de menos. Lo importante es saber que hay una ciudadanía que se identifica con los toros. Hay necesidad de catalanizar el espectáculo. Es decir, en vez de desterrarlo, hacerlo suyo y dotarlo de elementos propios.

¿Cómo fue su comparecencia en el Parlamento catalán en contra de la nueva legislación antitaurina el pasado 17 de marzo?

Aporté mi visión íntima y profunda como torero y espectador, y en ningún caso intenté justificar las corridas porque el término defender no tiene ningún sentido cuando el espectáculo es de una masa importante de gente. A mí me importa un pepino lo que ocurra en el mundo del toro, pero sí las decisiones de la sociedad, y tenía una obligación moral: la de prestigiar y explicar las lecturas vinculadas al arte y a la estética, y hablar de la naturaleza. No quiero vender la moto ni convencer a nadie, pero tampoco que un pequeño grupúsculo de la sociedad imponga prohibiciones.

En general, ¿qué le parece el debate que se ha creado?

Hay algunas situaciones que rozan lo ridículo, porque con la que está cayendo ahí fuera, que se hayan perdido en el Parlamento casi dos meses diciendo toros sí o no... Que nos preocupe el destino del animal es más ridículo cuando media Cataluña no llega a final de mes, y la otra media no va a llegar; cuando el ser humano encabeza las filas de la miseria y de las atrocidades en el mundo.

¿Se erradicarán las corridas?

Si quieren una sociedad sin toros, tienen que inculcar la sensibilidad de que el espectáculo es totalmente degradante. De hecho, en Cataluña se estaba perdiendo la tradición y si lo hubieran dejado morir, habría agonizado, porque le quedaban diez minutos. El problema es que han querido convertirlo en un logro político.

¿Cuáles son las claves del toreo como arte?

Es una tradición, pero pertenece a los mecanismos del hombre en la conexión cultural, aquellos que crea el ser humano contra la muerte, como en el arte, la religión y el más indiscutible, el amor. La utilidad práctica del toreo consiste en crear esa afición en el hombre mediante los pequeños raptos de eternidad durante la corrida. Sabemos de la inutilidad de nuestra consistencia mortal, pero estos mecanismos ayudan.

Habrá inculcado estos pensamientos a su hijo Alejandro, al que dará la alternativa.

Ya hay fecha para el evento: el 20 de junio (en la Feria de las Hogueras de San Juan de Alicante). Por un lado no deja de ser un orgullo que un hijo sea continuador de una 'dinastía torera', pero en mi presupuesto vital no lo incluía. Tanto, que lo único que no quería es verlo vestido de luces. Pero no solo no te puedes oponer, sino que además tienes que ser cómplice.

¿Por qué no le quería ver frente a un toro?

Porque conozco el mundo del toro y es complicado poder comer de esto. Además, el porcentaje de triunfadores es una escasa élite y el milagro se tiene que dar. No son los riesgos físicos los que me preocupan, sino que quede tullido por una profesión cruel y erosionante.

¿Pisará alguna vez más el ruedo?

Estoy retirado, así que haré una excepción el mes que viene, cuando pise el albero solo en ese momento.

Ha trasladado su capote a los escenarios de las salas de conferencias. ¿Qué tal le ha ido en Walqa ante una veintena de empresarios de tecnología?

La parte más orgánica del toreo está en los miedos que te asolan y en esa relación atroz con el animal, algo opuesto a la tecnología. Les he hablado del valor, necesario para poder manejar y usar el miedo. De las cuestiones que pertenecen a tu química no puedes despojarte, y sí invertir lo negativo para convertirlo en energía que potencie, cuanto menos, tus intenciones.