COLECCIONISMO

Cambio de cromos: «Lo ten, me fal...»

Coleccionar e intercambiar cromos es una afición que puede durar toda la vida. Decenas de niños y padres se dan cita cada domingo en la zaragozana plaza de San Francisco, en la de López Allué, en Huesca, y así en muchas otas ciudades españolas.

Cambio de cromos: «Lo ten, me fal...»
Cambio de cromos: «Lo ten, me fal...»
HERALDO

Dando un paseo por la ciudad, en una mañana de domingo, no es difícil encontrar en una plaza, o en algún rastro, decenas de personas intercambiando cromos, pertrechadas con listas confeccionadas en ordenador, en busca de ese jugador que falta para completar el álbum.


En la plaza de San Francisco, en Zaragoza, se dan cita numerosos coleccionistas que, junto a los puestos de filatelia, numismática y minerales, intercambian y compran estampas de ídolos del balón, en su mayoría. Aunque existen colecciones de todo tipo: series de televisión, dibujos animados, baloncesto, ciclismo, banderas del mundo, etc...


En Huesca, sucede algo similar en la plaza de López Allué, al igual que en los rastros de grandes ciudades como Madrid y Barcelona.


Entre los que tienen más éxito están los álbumes sobre fútbol, las ligas, mundiales y eurocopas, también los de baloncesto. Aunque los hay de muchas temáticas, series de televisión, dibujos animados...


Javier acude cada domingo con sus hijos para buscar aquellos jugadores que se resisten a salir en los sobres: «Me gusta venir con mis hijos a intercambiar cromos, no a comprar ni vender. Lo bonito es eso, que se los cambien. Algunos son muy valiosos o difíciles de conseguir y valen por dos», cuenta.


Este zaragozano apunta a que hay gente que se dedica a vender a 20 y a 30 céntimos una de estas estampas, según la dificultad para encontrarlo y afirma que «en ocasión hasta los cromos cobran vida. El mismo Cedrún vino un día con su hijo a la plaza San Francisco para intercambiar cromos».


Los puntos de venta oficiales suele ser los quioscos y papelerías, pero también se pueden comprar en las editoriales que por internet venden hasta un máximo de unos cien, pero a un precio de 1 euro por cromo.

Niños grandes

Celia y Jorge son dos hermanos treintañeros que mantienen la ilusión por los cromos. «Pensaba que éramos los dos únicos frikis, pero cuando vinimos por primera vez vimos que hay más gente de nuestra edad que sigue coleccionando», bromea Celia. Al igual que Javier, Celia estima que «lo bonito es intercambiar antes que comprar». Entre algunos de los tesoros de Celia y Jorge se encuentran los álbumes de los mundiales de México 86, Italia 90 y de varias eurocopas. Empezaron a coleccionar siendo niños y, ya de mayores, decidieron terminar los que tenían incompletos. Hay aficiones que aunque se aparquen, no desaparecen.


Dentro del coleccionismo, los hay de temáticas antiguas, como los cromos de 'Vida y color', y los de películas bíblicas, y cómo no, de fútbol. Rafael Castillejo es un zaragozano que ha ido recopilando imágenes de álbumes de cromos antiguos, entre una gran cantidad de material antiguo. En su página web se puede hacer un completo recorrido por varias décadas del siglo pasado.


De hecho el auge del coleccionismo de cromos se dio en la década de los 50 y 60, con colecciones como los 'Gallicromos', de Gallina Blanca, 'Maravillas del mundo', 'Razas humanas' o 'Banderas del Universo'., estos tres últimos reeditados por la editorial Bruguera.


En los 80, los álbumes de Naranjito, el Mundial de México 86, películas y series como 'E. T., 'Gremlins'', 'Don Quijote de la Mancha', 'Comando G', 'V', entre muchos otros, causaron furor entre los chavales.


Internet también es un lugar de referencia a la hora de buscar ese cromo que falta para completar una colección. A veces, se pagan cantidades importantes de dinero por un álbum antiguo o un jugador que es imposible conseguir.


El cine aragonés también se ha hecho eco del mundo de los cromos en el filme del realizador zaragozano José Ángel Delgado titulado, precisamente, 'Cromos'. El personaje central de la cinta, un forofo del fútbol apasionado de los cromos, se embarca en un desesperado viaje para conseguir la preciada estampa del jugador que le falta.