UN DIPLOMÁTICO EXPERIMENTADO

Benedicto XVI nombra nuncio en España al arzobispo italiano Renzo Fratini

Renzo Fratini
Benedicto XVI nombra nuncio en España al arzobispo italiano Renzo Fratini
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El Vaticano ha nombrado al arzobispo italiano Renzo Fratini, diplomático de larga experiencia, como nuncio apostólico en España, un país que la Santa Sede observa críticamente como "vanguardia del laicismo" por determinadas leyes impulsadas por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Fratini, arzobispo titular de Botriana, sustituirá al portugués Manuel Monteiro de Castro, de 79 años, que después de más de nueve años en España confirmó en julio su marcha a Roma como nuevo Secretario de la Congregación para los Obispos, según informó la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Monteiro de Castro se despedirá oficialmente el próximo 30 de agosto en Madrid.


El arzobispo Renzo Fratini, de 65 años, ingresó en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1974. Desde entonces ha desempeñado funciones diplomáticas en varios países del mundo y ha ejercido como nuncio apostólico en algunos en los que el catolicismo se enfrenta a dificultades como Pakistán, Indonesia y Nigeria, país este último en el que ejerce el cargo actualmente. También fue nuncio en Timor Oriental.


En España, Fratini se encontrará con una Iglesia católica y un gobierno enfrentados desde 2004, cuando el Partido Socialista (PSOE) asumió el Ejecutivo tras su victoria en las elecciones generales frente al Partido Popular (PP).


En esta segunda legislatura de Zapatero, que revalidó su mandato 2008, la situación no ha llegado al enfrentamiento abierto con la Iglesia católica que se vivió en su primer mandato, sobre todo en torno a la ley que en 2005 permitió el matrimonio homosexual en el país, pero tampoco ha sido un camino de rosas.


Y a partir de septiembre, cuando se reanude el curso político, la cuerda se volverá a tensar por dos iniciativas que ya han provocado críticas al gobierno, y duras, por parte de los obispos españoles: la nueva Ley de Libertad religiosa y la modificación de la ley del aborto, que ampliará éste mediante una ley de plazos.


De hecho, ya hay previstas manifestaciones contra el aborto en octubre que, como en ocasiones anteriores, contarán con el beneplácito de la Iglesia católica.


Aunque el Vaticano ha sido y es menos duro en sus formas que la CEE, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que encarna la línea más dura dentro de la Iglesia católica española, lo cierto es que la política de Zapatero, defensor del laicismo del Estado, inquieta a Roma, y mucho.


Y eso pese a que el gobierno socialista y la Iglesia católica española llegaron en la pasada legislatura a un acuerdo de financiación que se sitúa entre los más ventajosos de Europa para esta última.


Fratini llega a España dos años antes de la que será la segunda visita de Benedicto XVI al país. El Papa estará en Madrid en 2011, con motivo de las Jornada Mundial de la Juventud. Aunque podría llegar antes, ya que Zapatero lo invitó a participar en la Fiesta de Santiago Apóstol de 2010, que coincidirá con la celebración del Año Santo Compostelano.


Para el Vaticano, España es un ejemplo radical del laicismo que combate y está más que preocupado por lo que llama la destrucción de la familia (como la contempla Roma) y por la deriva de la educación en el país, que empieza a dejar fuera, según su punto de vista, los valores del catolicismo. Habrá que esperar a la llegada del nuevo nuncio para ver qué relación se establece entre él y el Ejecutivo.


Las de Monteiro con el gobierno socialista se han desarrollado dentro de una cordialidad que no siempre ha habido entre el Ejecutivo de Zapatero y la CEE.


En España se sigue recordando el 'caldito' que el nuncio portugués invitó a tomar a Zapatero en la Nunciatura en un momento en el que la Iglesia católica española y el Ejecutivo se encontraban en pleno enfrentamiento. Tras esa cita, que no gustó a algunos obispos de la línea más dura, ésta bajo sin embargo el tono y la frecuencia de sus críticas al gobierno socialista.