MEDIO AMBIENTE

Atunes vía satélite

WWF/Adena e instituciones científicas estudiarán las pautas migratorias del atún rojo del Mediterráneo durante tres años para mejorar la protección de la especie. Ecologistas y científicos alertan del inminente colapso de la pesquería, una de las más sobreexplotadas del mundo, si no se limitan las capturas.

Si la mar pone de su parte este mismo viernes comenzará en aguas baleares una pesca incruenta, inusual, de una especie al borde del colapso, el atún rojo. Hasta mediados de septiembre, miembros de la organización ecologista WWF/Adena, con ayuda de barcos pesqueros de recreo, capturarán varias decenas de ejemplares a lo largo del Mediterráneo español para marcarlos con transmisores que, vía satélite, permitirán luego recabar información sobre hábitos del mayor de los túnidos, rutas migratorias y movimientos tanto de ejemplares adultos como juveniles. El objetivo es científico y, más aún, de gestión del recurso.


"Sabemos aún muy poco de una especie que estamos sometiendo a una presión insostenible debido a la pesca ilegal y una flota totalmente sobredimensionada", asegura Pablo Cermeño, de WWF/Adena, responsable de la campaña 'Tras la pista del atún rojo del Mediterráneo'. La información obtenida "nos permitirá proponer medidas más efectivas para la recuperación internacional de esta especie". La iniciativa se presentó este jueves en Pollença (Mallorca).


Se desarrollará en las próximas cuatro semanas y está previsto repetirla dos años más. No es la primera vez que se marcarán atunes rojos con tecnología satelital en España, pero sí es la campaña que aúna mayores esfuerzos. Colaboran en ella el Instituto Español de Oceanografía y la Universidad de Cádiz. Los barcos los pone la Confederación Española de Pesca Marítima de Recreo Responsable.


Los pescadores recreativos, convenientemente entrenados, también marcarán atunes a lo largo del mes. Después la operación se extenderá a otras zonas del Mediterráneo.


"Que instituciones científicas, pescadores recreativos y profesionales y ambientalistas estemos colaborando refleja la profunda preocupación y compromiso de la sociedad por salvar al emblemático atún rojo, símbolo de la crisis pesquera global", destacó Raúl García, responsable de Pesquerías de WWF/Adena.


Incógnitas


Al atún rojo o cimarrón ('Thunnus thynnus') del Atlántico Oriental y Mediterráneo se le ha pescado -desde los fenicios- más que estudiado. Los científicos aún desconocen si los juveniles migran a través del Estrecho de Gibraltar o sólo los adultos, si éstos lo hacen todos los años o no, e incluso si la población del 'mare nostrum' es una sola o dos, oriental y occidental, con Italia como una especie de frontera.


Los dispositivos proporcionarán datos que, a la postre, debieran servir como elemento de presión para que la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés), que se reúne en noviembre en Marrakech, ponga coto al expolio atunero en el Mediterráneo.


Las luces rojas llevan mucho tiempo encendidas. Desde mediados de los 90 la pesquería "se ha desbocado", recalca Cermeño.


Millones de toneladas de capturas ilegales, buques piratas, granjas de engorde atunero en las riberas del Mediterráneo y al fondo de todo, mucho dinero. El mercado japonés, ictiófago voraz, y el éxito en Occidente del 'sushi' y demás variantes de la cocina nipona del pescado están matando de éxito al atún rojo. Sólo en el Mediterráneo su pesca mueve unos 1.000 millones de euros en origen y entre 5.000 y 6.000 millones de euros una vez comercializado.


La flota de cerco de los once países ribereños - España, Francia, Italia, Croacia, Argelia, Marruecos, Grecia, Libia, Malta, Túnez y Turquía- se ha multiplicado sin control. Hay más de 600 buques, legales y piratas, y una capacidad potencial de pesca de casi 60.000 toneladas anuales; más del doble de la cuota total autorizada en el ICCAT por los países miembros, 28.500 toneladas para 2008, y cuatro veces más de las 15.000 tn que con ingenuidad recomendó el comité científico.


La lista de infracciones y atropellos es enorme. Turquía e Italia figuran a la cabeza de los países con mayor pesca ilegal y proliferación de granjas de engorde, pero ninguno se libra. España oculta a los registros oficiales casi la mitad de sus capturas reales, muy por encima de las que le permite el ICCAT.


"El ICCAT está obligado a restringir drásticamente las cuotas de pesca a todos los países y extremar el control si no queremos ver desaparecer el atún rojo como especie. Veremos, puede pasar cualquier cosa en noviembre", recalca Pablo Cermeño.


El negocio millonario resulta ruinoso para algunos. Las artes de pesca tradicionales y más sostenibles, como la almadraba (arte fijo empleado en el Estrecho de Gibraltar) están heridas de muerte.


Desde el año 2000, en pleno auge de las granjas atuneras, donde engordan los ejemplares salvajes capturados por las flotas de cerco, las capturas han caído un 80%. En el caladero de Baleares, área prioritaria de reproducción, el declive del atún rojo es dramático. En el 2.000 se capturaron más de 15.000 t.; en 2006 apenas llegaron a las 2.000.




Ecologistas y científicos reclaman una moratoria de la pesquería hasta que se establezcan planes de recuperación sensatos, y un cambio drástico del actual sistema de cuotas. WWF/Adena planteará en septiembre al Ministerio de Medio Ambiente, al Gobierno de Baleares y a organismos internacionales la creación un santuario en aguas del sur del archipiélago para garantizar la reproducción y conservación de la especie.