Tamara Falcó cambia a Íñigo Onieva por la mujer de Pedro Sánchez
La marquesa de Griñón se sentó con Begoña Gómez en la primera fila del desfile de Pedro del Hierro durante la Semana de la Moda de Madrid.
Tamara Falcó está de vuelta y afirma sentirse "muy afortunada". Y no es para menos. Tras una luna de miel de lo más completa, la marquesa de Griñón regresa a sus quehaceres. Primero hizo acto de presencia en 'El hormiguero', donde es colaboradora, y ahora la hija de Isabel Preysler ha retomado los 'photocalls'. Pero no en un acto cualquiera, sino en el desfile de Pedro del Hierro en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, firma con la que colabora para sacar adelante su propia línea de ropa.
Los diseños de Falcó tuvieron un papel protagonista en la pasarela. Allí, en la primera fila, estuvo sentada a unos centímetros de Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Tras un protocolario saludo entre ambas, las dos se entregaron al delirio habanero de la firma, sin mediar ni una sola palabra más. Al finalizar el desfile, y tal y como es costumbre, los directores creativos de Pedro del Hierro, Nacho Aguayo y Álex Miralles, salieron a saludar al presente, momento en el que tuvieron un gesto de cariño con la marquesa de Griñón, de la que aseguraron a este periódico que "tiene mucha formación y buen gusto".
Un cariño que no solo fue público. Fuera de los focos, entre bambalinas, Falcó y Aguayo, artífice de la línea femenina de la firma, hicieron gala de su complicidad, necesaria para el buen funcionamiento de una colaboración que está teniendo una excelente acogida.
Aristocracia
Tras la marcha de Falcó y Gómez, llegó Victoria Federica. La mediática sobrina de don Felipe y doña Letizia estuvo flanqueada por dos de sus mejores amigos, los prescriptores de tendencias Tomás Páramo y su mujer, María García de Jaime, en el desfile de YnéSuelves. La firma mostró una propuesta más femenina y delicada de lo habitual que pareció encandilar a la hija de Jaime de Marichalar y la infanta Elena, que, móvil en mano, inmortalizó cada uno de los estilismos.
La aristocracia también mostró su apoyo a la moda española. Sassa de Osma, esposa de Christian de Hannover, es fiel al gallego Jorge Vázquez, uno de los mejores diseñadores patrios e imprescindible en los vestidores de la 'jet'. Junto a ella, la princesa Rebecca Victoria Romanoff, la actriz María Barranco o Nicole Kimpel, pareja de Antonio Banderas.
El faranduleo tomó las riendas en el desfile de Paloma Suárez, indispensable en los vestidores de cantantes como Rita Ora o Aitana con sus prendas de fantasía. Después llegó el turno de una firma novata en esta pasarela, que no en el sector: Simorra. Fundada en 1978, la marca barcelonesa hizo un interesante ejercicio de técnicas manuales como los trenzados, entrelazados y anudados. Una alegoría al origen del tejido, con el que trabajan como si de un lienzo en blanco se tratase.
Un blanco que se tornó en un rico abanico de color en las manos de Ágatha Ruiz de la Prada, que con su homenaje a África puso punto final a la jornada.
