Tráfico, calefacciones e industria son responsables de seis de cada diez muertes por aire contaminado

La polución, con los combustibles fósiles como protagonistas, causa cada año unos 21.500 fallecidos en las urbes españolas.

Activación del escenario 2 del protocolo por contaminación en Madrid
Activación del escenario 2 del protocolo por contaminación en Madrid
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Un estudio realizado en 857 ciudades de 31 países europeos ha permitido repartir responsabilidades directas y concretas por las casi 300.000 muertes que la contaminación atmosférica causa cada año entre los urbanitas del continente.

Los villanos al final eran los sospechosos principales: el tráfico rodado, las calefacciones domésticas y los hornos y procesos de combustión con que se mueve la industria. Entre los tres explican seis de cada diez fallecimientos por polución. Con papeles también muy relevantes pero menos protagonistas que los anteriores están las macrogranjas y las centrales energéticas, según el trabajo liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), una red de investigadores impulsada por Fundación La Caixa.

El principal agente letal, responsable de las dos terceras partes de las muertes, son las micropartículas en suspensión (PM2,5), con un origen mayoritario en la quema de leña, carbón y gas en las viviendas y en las emisiones de amoniaco de los purines animales de las explotaciones intensivas y de algunos fertilizantes agrarios. Penetran hasta los alveolos pulmonares y causan graves lesiones respiratorias, contribuyen a los cánceres de pulmón, los ictus y los infartos, a los partos prematuros, pero también son factores de riesgo en dolencias neurodegenerativas como el párkinson o el alzhéimer.

El segundo gran villano es el dióxido de nitrógeno (NO2), el principal gas que mana por los tubos de escape y fruto, en general, de la quema de combustibles fósiles. Causa dolencias respiratorias, como asma o EPOC, e infecciones, como las neumonías, entre otras patologías. En la difusión de este tóxico España tiene protagonismo europeo, pues es Madrid el lugar que encabeza la lista de fallecidos por 100.000 habitantes por respirarlo de forma asidua.

La presencia de estos dos venenos en el aire de las 92 principales ciudades españolas es, según el trabajo de ISGlobal, responsable de unas 21.500 muertes cada año. El tráfico y el NO2 tienen bastante más peso en el conjunto de óbitos que en el resto de Europa, pues unos 12.337 de ellos se le achacan a las PM2,5, pero hasta otros 9.150 se le atribuyen a las bocanadas de dióxido de nitrógeno.

Zaragoza y el dióxido

Este dato se ve con claridad en la investigación. Mientras en la media de urbes europeas los escapes de los vehículos provocan algo menos de la mitad de las muertes por NO2, en metrópolis como Madrid, Sevilla o Murcia se le achacan las dos terceras partes de los fallecimientos por este agente. Otras dos ciudades españolas, Zaragoza y Santiago, además, duplican el dióxido que arroja la industria.

La industria tiene también un papel mucho más protagonista en España en la expansión de micropartículas, como en Valladolid, Zaragoza, Madrid, Valencia o Sevilla, y de igual manera llama la atención el gran peso del origen natural en la concentración de PM2,5, tres o cuatro veces mayor que en la UE. Quizá debido a la fuerte presencia de polvo africano y restos de los múltiples incendios forestales de los últimos años. Otra de las peculiaridades más llamativas se da en Palma de Mallorca, donde la principal fuente tóxica es la navegación marítima.

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