¿Por qué no encuentro pareja?

Tres motivos por los que seguimos solos y un anticipo: la ‘culpa’ no la tienen los demás.

Tres motivos por los que seguimos solos y un anticipo: la 'culpa' no la tienen los demás.
Tres motivos por los que seguimos solos y un anticipo: la 'culpa' no la tienen los demás.
Leal

Hay un momento en la vida -y a veces es ridículamente temprano- en el que la gente que nos rodea (y a veces algún espontáneo que pasaba por allí) nos pregunta por qué no tenemos pareja con una extrañeza y un estupor similar al que mostrarían si nos hubiese empezado a crecer un tentáculo en medio de la frente. ¿Por qué? ¿Por qué? Lo malo es cuando esa pregunta, que al principio tomamos como una impertinencia (¿acaso es obligatorio tener pareja?), nos la empezamos a hacer a nosotros mismos.

Entonces sí que resuena en cada estancia de nuestra cabecita. ¿Por qué? ¿Por qué? Y, luego, vienen las autojustificaciones clásicas: que si el ‘mercado’ está muy mal, que mejor solos que mal acompañados. Y le sigue la lamentación habitual: ‘cómo puede ser que Menganito o Fulanita, que valen menos de lo que costó bautizarles, tengan a su lado a alquien que les quiere y nosotros que somos, ejem, mucho mejores, no encontramos a nadie a quien dar todo ese amor que llevamos dentro’... ¿Por qué? ¿Por qué? Los allegados nos pueden ofrecer su tesis -a menudo una versión ‘light’ para regalarnos los oídos-, pero si queremos una explicación científica y avalada por una profesional, Verónica Alcanda, la primera ‘head-hunter’ de España (algo así como una ‘Celestina’ moderna y con formación para ello), nos desvela el gran misterio reunido en tres grandes causas. Pero antes de sumergirnos en el enigma, ahí va un ‘spoiler’: la ‘culpa’ no es de los demás.

1. No estamos preparados

"Hay motivos que yo llamo intrínsecos que impiden encontrar pareja. Es cuando decimos que queremos tenerla y hacemos como que buscamos pero, en el fondo, no estamos preparados, no estamos disponibles emocionalmente. Por supuesto, no somos conscientes de ello, no lo vemos. Pero desde fuera, una persona con cierta formación lo ve clarísimo. Lo he visto en casos de personas que aún no han superado una muerte o una separación de su anterior pareja (aunque creen que sí) y, sobre todo, en personas con pánico a la soledad... Mi consejo siempre es que primero aprendan a vivir solos y bien, porque sólo así podrá llegar a su vida una persona que les sume", apunta Alcanda, que lleva una década ayudando a hombres y mujeres a encontrar pareja.

¿Cómo lo hace? Antes de hacer de Cupido ha trabajado durante treinta años en el mundo empresarial, dentro del ámbito de los Recursos Humanos, es decir, cazando talentos y seleccionando personal por todo el mundo... Así, salvando las distancias, aplica sus métodos y conocimientos al plano amoroso. Al final, en ambos campos se trata de buscar perfiles compatibles con los objetivos.

2. Falta de realismo

A veces, cuenta Alcanda, le llegan clientes -tiene en su agenda a empresarios, escritores, deportistas de élite...- con un listado de condiciones muy rígido. Unas líneas rojas de las que no se quieren mover ni un milímetro. "En los hombres de cierta edad la condición suele ser que quieren una pareja joven, pero no un poco más joven... ¡hasta 20 años menor! Afortunadamente, a los más jóvenes ya no les importa lo de la edad. Y las mujeres están obsesionadas con la altura, que los quieren altos, altos, aunque ellas midan 1,50. A mí, cuando me vienen con estas condiciones, les pregunto: ¿crees que una persona te va a hacer más feliz porque tenga X años o porque mida esto o lo otro?", desvela Alcanda, que acaba de publicar ‘Por qué no encuentro pareja’ (ed. Oberion). Es decir, les hace reflexionar sobre esas líneas rojas, que en estos casos tienen base antropológica: a ellos les gustan jóvenes porque son más eficientes reproductivamente; y a ellas, altos porque ‘garantizan’ su protección y la de su prole. "A ver si dejamos ya la época primate".

3. El maldito ‘feeling’

Gran parte de la gente que busca pareja y no la encuentra lo achaca a que no se ha topado con nadie "que le haya hecho un ‘click’ instantáneo". Se ve mucho en el programa televisivo ‘First Dates’, cuando rechazan tener un segundo encuentro "porque no ha habido ‘feeling’". ¡Eso del flechazo no tiene por qué ocurrir! El amor no es como una pedrada que te lanzan. "Yo recomiendo dar una oportunidad. Es penoso que una historia de amor se frustre por ideas preconcebidas del flechazo".

En resumen...

Quiénes tienen más problemas para encontrar: "Tengo dos tipos de clientes difíciles: los que están ‘quemados’ porque han estado haciendo mucho ensayo-error en portales de citas y los que ‘salen al mercado’ tras una relación muy larga. Los primeros son los peores porque están acostumbrados a ‘elegir’ en un catálogo enorme y a exigir mucho o, si no, ‘next’", indica Verónica Alcanda.

  • Cinco claves para enamorar: actitud positiva (las quejas, a un lado, que se vea ilusión), empatía, dinamismo (la gente huye de las monotonías), flexibilidad (el psiquiatra Tom Smith cree que es "un signo de salud mental y la clave de un matrimonio feliz") y perseverancia.
  • Las cualidades más deseadas: compromiso, cariño, confianza, autenticidad, sentido del humor, comunicación, respeto y bondad.
  • Rasgos que echan para atrás: soberbia, perfeccionismo, celotipia (celos), excesivo culto al cuerpo, adicción al trabajo, beber o fumar, adicción al móvil y actitud nihilista (falta de ilusión por la vida).
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