Bárbara Rey confiesa el "maltrato físico y psicológico" que le marcó en su infancia

La vedette hace un repaso de cómo María García se convirtió en Bárbara Rey en un documental sobre su vida.

Bárbara Rey, en la presentación de 'Cristo y Rey'
Bárbara Rey, en la presentación de 'Cristo y Rey'
AP

Su vida está recogida en decenas de portadas de revistas y de programas de televisión del corazón. Sin embargo, parece que no todo estaba contado. Después de 'Cristo y Rey', la ficción sobre su biografía, ha llegado el turno del relato en primera persona con 'Una vida Bárbara', en el que Bárbara Rey cuenta cómo fue su infancia en Totana, la relación con sus padres o sus primeros pasos en Madrid. Recuerdos con los que no puede evitar romperse en alguna ocasión, especialmente al confesar que, si por su madre hubiese sido, ella no habría nacido. "Supuestamente, por lo que mi madre me contó, yo no debería estar en este mundo".

La serie documental de Atresplayer Premium comenzó a emitirse en abierto el miércoles convirtiéndose en líder de su franja horaria, con un 14,6% de pantalla y más de 1,6 millones de espectadores, demostrando que la vida de la vedette sigue despertando curiosidad entre el público. Una vida marcada por la mala relación con su madre y los malos tratos "físicos y psicológicos" que esta le propinaba. Un capítulo de su infancia que todavía la remueve hasta el punto de romper a llorar desconsoladamente. Incluso revela que su padre fue también víctima de su progenitora. Un padre al que describe como "el amor de mi vida, el hombre que más me ha respetado, valorado y me ha querido con toda el alma". Una afirmación que, además de ensalzar a su padre, hace pensar sobre el lugar en el que quedan todas sus parejas.

"Mi madre era una ama de casa extraordinaria: la casa más limpia, la comida extraordinaria. Íbamos guapísimos siempre y superlimpios, y mi padre igual", describe. "Pero ese cariño que necesitas de una madre, el que hable contigo, que te comprenda, eso nunca lo tuvimos. Ni un beso", asegura. Por el contrario, dice que "de mis malos tratos me acuerdo menos que de los de mi hermana. Para mí, es como si hubiera tenido una hija pequeñita. No podía ver cómo la trataba con solo cuatro años. Se la quitaba de las manos". Unos episodios de los que "todavía no se ha liberado", según valora su hermana, Petra García. "No se ha liberado de esos sentimientos de culpa que le dio mi madre", cuenta en el documental sobre su hermana mayor.

En este primer capítulo, la de Totana recorre sus lugares de infancia, donde se bañaba con sus hermanos, la carnicería de su pueblo, incluso la que fuera su casa, un gran inmueble fruto de "los delirios de grandeza" de su madre, que está completamente abandonado y en al que no es capaz de entrar por los malos recuerdos que le trae.

Bárbara Rey hace en esta producción un repaso por su vida más íntima, la vida de María García, su nombre real. Y lo hace con la colaboración de periodistas, historiadores y compañeros de profesión, como el humorista Arévalo o la vedette Jenny Llada, amigos, como Chelo García Cortés, y, por supuesto, sus hijos, Sofía y Ángel Cristo.

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