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Inteligencia artificial: una revolución silenciosa con una voz renovada

Las nuevas inteligencias artificiales son cada día más capaces de imitar las aptitudes humanas, lo que maravilla y genera miedo a partes iguales.

Este es uno de los resultados cuando le pedimos a Midjourney que dibujara la personificación de una inteligencia artificial, es decir cuando le pedimos que se pusiera rostro
Este es uno de los resultados cuando le pedimos a Midjourney que dibujara la personificación de una inteligencia artificial, es decir cuando le pedimos que se pusiera rostro
Heraldo.es

La inteligencia artificial (IA) no es algo nuevo. Hace años que nos rodea, que aprende de nosotros para ayudarnos a realizar tareas cotidianas, sencillas y repetitivas o trabajos extremadamente complejos. Está presente cada vez que hacemos una foto con el móvil y la mejora automáticamente, cuándo encendemos la tele y nos recomienda una serie o, por supuesto, cuando hablamos con Siri o Alexa.

En el último año han surgido nuevas IA que prometen transformar el modo en el que nos relacionamos con ellas y las utilizamos. Gracias al aprendizaje profundo (‘deep learning’) compañías como Open AI, Google o IBM están logrando inteligencias artificiales capaces de generar contenido original similar al que creamos los humanos. La explicación sencilla de cómo lo han logrado, es que han alimentado a estos sistemas informáticos con billones de textos e imágenes y luego los han entrenado para que sean capaces de producir lenguaje o dibujos de forma coherente, natural y única. El resultado es asombroso.

ChatGPT es una IA o ‘modelo de lenguaje’ que puede escribir un tratado de filosofía inspirado en Kant y Aristóteles o hacerse pasar por ellos para simular una conversación sobre sus postulados. Es capaz de escribir textos útiles como un email o un presupuesto o cosas más creativas como un cuento, un guión de una serie o la trama de una película. Puede resolver problemas matemáticos o escribir códigos de programación. Las posibilidades son literalmente infinitas.

Sus detractores aseveran que el contenido que genera es muchas veces inexacto o directamente falso y que muchas de sus ‘creaciones’ carecen de ‘alma’. Todo ello es cierto.

ChatGPT está diseñado para dar respuestas coherentes y naturales, pero no necesariamente ciertas. Si ‘sabe’ algo, porque la respuesta está en uno de los textos con los que ha sido entrenado, lo más natural es que construya un texto basado en la verdad, pero si no lo sabe su tendencia es a responder algo verosímil sin que necesariamente sea cierto. A esto hay que añadir que no está conectado a internet y su última actualización fue en 2021.

Por otro lado, sus respuestas pueden parecer frías. Sin embargo, ChatGPT también es capaz de simular diferentes estilos de escritura basados en los textos con los que ha sido entrenado, por lo que si una de sus respuestas parece mecánica o formal, le podemos pedir que le ponga más emoción o que lo escriba como lo haría Charles Dickens.

Un mellizo muy imaginativo

Dall-E es el hermano artista de Chat GPT. El modo en el que nos comunicamos con él es el mismo: a través de textos y peticiones o ‘prompts’. Pero la respuesta que obtenemos es distinta: una imagen. DALL-E es capaz de generar ilustraciones de objetos y escenas únicas, lo que permite generar imágenes a partir de descripciones poco comunes o incluso abstractas. Otros ejemplos de IA de texto-imagen son Stable Diffusion o Midjourney, con la que han sido realizadas las ilustraciones que acompañan a este artículo.

Estos son solo algunos ejemplos de las inteligencias artificiales que están revolucionando el mundo y que plantean multitud de preguntas éticas: ¿de quién es la autoría de la creación de una IA entrenada de obras con diversos autores o artistas?, ¿sustituirá la inteligencia artificial al humano en gran parte de profesiones?, ¿si damos a una inteligencia artificial la capacidad de tomar decisiones o crear contenido de quién es la responsabilidad si comente un error o una imprudencia?

La IA ya puede escucharnos para darnos una respuesta, transcribir lo que hemos dicho o traducirlo a otro idioma. También tiene la capacidad de ver, reconocer rostros o incluso traducir al lenguaje lo que está contemplando. Puede ser un ayudante en la detección de un cáncer, una denuncia falsa o conducir por nosotros. Es capaz de dibujar imitando el estilo de cualquier artista o de generar imágenes fotorrealistas. Microsoft ha anunciado un programa capaz de imitar cualquier voz con solo 3 segundos de audio y los ‘deep fakes’ son capaces de generar vídeos hiperrealistas de cualquier personaje público tras un simple entrenamiento. La IA puede corregir este texto mientras lo escribo o incluso redactar el resto de este artículo si así se lo pidiera. De hecho, podría haberlo escrito ella.

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