Victoria Martín, cómica y escritora: "Soy narcisista pero al menos lo reconozco"

"Nos han vendido que entre nosotras hay rivalidad pero las mujeres solemos tener relaciones muy sanas y muy poco tóxicas", sostiene la presentara y cómica.

Victoria Martín, este jueves, en Zaragoza, donde presentó su primer libro, 'Se tiene que morir mucha gente'
Victoria Martín, en Zaragoza, para la presentación su libro, 'Se tiene que morir mucha gente'
Oliver Duch

"Tengo 33 años, la edad de Cristo. Mientras no acabe crucificada ya me doy por satisfecha", suelta esta cómica madrileña que ha sido presentadora de 'Yu, no te pierdas nada', guionista de 'La resistencia', que ha escrito y protagonizado la serie 'Válidas' y figura en la lista Forbes de los mejores podcast, junto a Carolina Iglesias, porque su 'Estirando el chicle' ha alcanzado los tres millones de escuchas mensuales... Aunque, como ella dice, "más que tres millones de oyentes, preferiría tener tres millones en el banco".

Con una ironía cáustica y buena dosis de autocrítica, Victoria Martín acaba de publicar 'Se tiene que morir mucha gente'. Y como ya sufrió en propia carne la política de cancelación este pasado verano por un tema ajeno a su voluntad ("Hoy día te cancelan por cualquier cosa"), se ve en la obligación de advertir que "por supuesto el título no es literal, yo no quiero que se muera nadie". El libro habla de relaciones entre mujeres. "Nos han vendido esos referentes, tipo 'Sexo en Nueva York' donde entre nosotras siempre hay competencia y rivalidad. Pero esa no es mi experiencia. Yo creo que las relaciones que tenemos entre mujeres suelen ser muy sanas y en general poco tóxicas".

La novela, contada en clave de humor, comienza haciendo referencia a Ana Rosa Quintana, a quien Victoria sitúa en la categoría de personas "que han cometido crímenes terribles contra la humanidad". "Por favor, es un recurso cómico -se apresura a aclarar la autora-. Estoy segura de que tiene suficiente sentido del humor para entenderlo, espero que no me denuncie. Es más, me encantaría invitarla a mi podcast 'Malas personas' y así rajamos largo y tendido las dos... Además, en el libro también digo lo mismo de Risto Mejide y no tengo nada contra él".

A la primera que pone verde Victoria Martín es a ella misma. En la dedicatoria de su libro se autodenomina "pequeña narcisista". "Soy bastante narcisista -admite- pero al menos lo reconozco, porque otros... tela marinera. En mi familia siempre ha habido esa broma conmigo y me parecía entrañable contarlo en la novela". A esta cómica le admiran sus compañeros que son capaces de hacer humor "de una mandarina". Ella, según confiesa, solo sabe reírse de las cosas que le ocurren y le afectan. "Me paso todo el rato hablando de mí misma. Me da la sensación de que es un egocentrismo patológico. Y luego me siento mal porque estoy hasta las narices de verme, de oírme y de escucharme".

En su Instagram se define como "guionista, mami fitness y esposa". Pero no está casada, no tiene hijos y detesta la impostura de ese tipo de madre perfecta que tiene que estar estupenda las 24 horas del día. "Me parece terrorismo contra las mujeres", sentencia. Victoria de niña fue a un colegio del Opus Dei y allí, asegura, forjó muy buenas amistades. "No sé si por supervivencia o por qué", se pregunta. En el cole le enseñaron, según recuerda, que "todo estaba mal, todo era pecado. Te inoculan encima tanta culpa cuando eres pequeño que luego tardas años en salir de ahí. Es una educación un poco tóxica".

La autora de 'Se tiene que morir mucha gente' nació en Madrid pero poco después su familia se mudó a un barrio de las afueras. "Soy niña de la periferia -explica-. De Rivas-Vaciamadrid, hoy un reducto de la izquierda". Cuando se refiere a su infancia, Victoria Martín la resume en una frase: "Crecí con una hermana perfecta". Habla de su hermana mayor, con la que dice tener una estupenda relación. "Pero ella era asquerosamente perfecta y yo la oveja negra".

Ya ha contado alguna vez en su podcast que de niña se escapó de casa para llamar la atención y nadie la echó de menos. "Yo tendría unos diez años y mis padres pensarían que me había ido a jugar. Rivas era entonces un sitio muy seguro y yo una niña muy fantasiosa, nunca estaba con los pies en la tierra y eso desesperaba a mi madre". Años después estuvo a punto de echarse un novio italiano, hasta que descubrió... "que era de Getafe. Y yo, con 16 años, o italiano o nada".

Si hay algo que nunca escribirá Victoria Martín es un libro de autoayuda. "No, ni para forrarme. Me parece una cosa falsa, horrible... Todos esos mensajes no ayudan a nadie y son de una positividad tóxica que asusta. Además, en esta cultura capitalista que vivimos, ¿también hay que capitalizar las emociones?", se pregunta. Y ella misma se responde: "Bueno, yo que voy de anticapitalista lo que tengo es un morro. Porque al final he capitalizado todo mi sufrimiento convirtiéndolo en comedia".

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