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Jorge Barudy, neuropsiquiatra: "Ser un niño bien cuidado te da mucha resiliencia"

Jorge Barudy es psiquiatra infantil y terapeuta. Se exilió en Bruselas durante la dictadura de Pinochet, en la que fue arrestado y torturado. Reside en Barcelona.

Jorge Barudy, neuropsiquiatra.
Jorge Barudy, neuropsiquiatra.
Toni Galán

Jorge Barudy (Chile, 1949) es neuropsiquiatra, psiquiatra infantil, psicoterapeuta y terapeuta familiar. Estudió la carrera de Medicina en su país, pero se especializó en Psiquiatría durante su exilio en Bélgica donde fue profesor del posgrado en psicoterapia e intervención social sistémica de la Universidad Católica de Lovaina (1983-1998).  Ha sido responsable de varios programas de prevención y tratamiento del maltrato infantil. Reside en Barcelona donde es uno de los impulsores de la asociación EXIL, una ONG centrada en la atención terapéutica médico-psico-social a personas afectadas por procesos de trauma derivado de diferentes tipos de violaciones de los Derechos Humanos, principalmente, exiliados, víctimas de tortura, de malos tratos y violencia machista. Entre sus libros se encuentra 'El dolor invisible de la infancia' y 'Violencia: Tolerancia cero. Prevención y apoyo psicosocial en niños y niñas expuestos a violencia de género'.

Tuvo una vida dura en su país, Chile, marcada por el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973 y su exilio en Europa, a Bélgica. ¿Cómo recuerda esos años?

Nací en Limache, cerca de Valparaíso. Estudié en el instituto público y de ahí fui a estudiar Medicina a Concepción, ciudad en la que tuve el privilegio de estudiar en una universidad muy progresista para la época. Mi sensibilidad social viene de esta formación de medicina focalizada en tratar de ponerla al servicio de la gente. Por eso estuve comprometido con el programa del Gobierno del presidente Salvador Allende. Trabajaba como médico rural con poblaciones mapuches. Tras el golpe de Estado de Pinochet pasé tiempo en la cárcel, fui víctima de torturas y condenado. Me conmutaron la pena de muerte por el destierro. Soy un caso de supervivencia.

¿Cómo se supera una experiencia tan dura y se sigue adelante?

Tiene mucha importancia lo que has vivido antes. Para resistir a una experiencia tan extrema, una de las bases es que había tenido la experiencia de ser un niño bien cuidado, un adolescente bien acompañado y formado en valores. Eso te da mucha resiliencia, una fuerza para hacer frente a esa brutalidad y atrocidad. Me ha servido mucho para ejercer mi profesión, para atender el trauma provocado por este tipo de violencia que trato en la infancia y a la mujer.

"Trabajaba como médico rural con poblaciones mapuches. Tras el golpe de Estado de Pinochet pasé tiempo en la cárcel, fui víctima de torturas y condenado. Me conmutaron la pena de muerte por el destierro"

"Da sentido a tu vida poder transformar el sufrimiento en servicio a otras personas"

​"La Unión Europea (UE) tiene como vergüenza que resolver el cierre de fronteras y haber creado campos de refugiados en Turquía y otros países"

Entonces, ¿fue determinante lo que vivió para reorientar su vocación?

Yo pensaba especializarme en pediatría. Cuando llegué a Europa tenía tres niños pequeños, mi entorno en la comunidad de refugiados políticos fue muy importante. Me reciclé en la Universidad de Lovaina, en Bélgica, que me dio la posibilidad de especializarme en Psiquiatría. Con un prestigioso profesor belga pudimos crear el primer centro el mundo para investigar y reparar el daño de la violencia tan extrema. Nos ha servido mucho para ayudar con otro tipo de violencia. Algo así da sentido a tu vida poder transformar el sufrimiento en servicio a otras personas.

¿Cómo terminó exiliándose en la ciudad belga de Lovaina?

La única persona que conocía en Europa era un sacerdote belga que conocí en Chile. A él también le encarcelaron. Europa era un continente en el que había una postura de respeto a los Derechos Humanos, a la acogida de refugiados.

¿Cree que la situación es peor ahora en Europa para las personas migrantes?

Por supuesto. En este momento es una vergüenza. La Unión Europea (UE) tiene como vergüenza que resolver el cierre de fronteras y haber creado campos de refugiados en Turquía y otros países. Esa situación de estos refugiados afortunadamente yo no la viví.

¿Tardó mucho tiempo en poder volver a Chile?

Durante 15 años no pude volver. Cuando hubo un cambio más democrático fuimos aministiados y pudimos volver. Hasta antes de la pandemia viajaba regularmente a mi país.

En sus obras habla del maltrato infantil "invisible". ¿Se presta poca atención a los menores pese a las medidas para erradicar y visibilizar la violencia contra la mujer?

Los niños y niñas forman el grupo social más vulnerable porque necesitan de los cuidados del mundo adulto, que este no prioriza ni en distribución de recursos ni de programas. Hay avances, pero desgraciadamente siguen siendo los más vulnerados. El maltrato infantil es cada vez más y no solo la violencia directa, sino el contexto de violencia, como ser hijo o hija de violencia machista.

"El ejercicio de ser padre tiene que ver con la capacidad de demostrar que hay vínculos saludables. Un hombre que mata a su esposa y lo hace delante de sus hijos pierde el derecho a pertenecer a la clase 'padre'"

Es fundador de EXIL en Bruselas (Bélgica), Barcelona (España) y Chile, un centro médico-psico-social para víctimas de violencia, tortura y violación de los Derechos Humanos. ¿Cómo se puede trabajar con los hijos que presencian la muerte de su madre a manos de su padre?

En nuestro centro en Barcelona, donde vivo desde el año 2000, tenemos una unidad de acompañamiento a hijos de víctimas de feminicidio, que es una experiencia difícil porque hay mucha contradicción en el mundo adulto. No siempre el sistema judicial suprime la patria potestad. El ejercicio de ser padre tiene que ver con la capacidad de demostrar que hay vínculos saludables. Un hombre que mata a su esposa y lo hace delante de sus hijos pierde el derecho a pertenecer a la clase 'padre'. Un padre que agrede sexualmente a su hija sale de la clase 'padre'.

En Zaragoza ha hablado recientemente de la ‘trauma terapia’ para jóvenes vulnerables, en el encuentro que se celebró por los 20 años del Colegio Profesional de Psicólogos de Aragón.

La ‘trauma terapia’ está destinada a ofrecer ayuda lo más temprana posible para la detección de este tipo de situaciones, que les ayude en el programa a reconocerse como afectados. El trauma es no solamente el sufrimiento sino encontrar un sentido de por qué pasa lo que pasa.

¿Qué perturba más a los jóvenes?

El maltrato infantil va a tener un impacto que va a complicar el paso a la adolescencia. Es un periodo transicional que implica nuevos desafíos y nuevas oportunidades. El adolescente presenta un cerebro más abierto a la novedad, la curiosidad, a las relaciones con los demás, a las emociones, si se utiliza bien, pero desgraciadamente depende de la historia anterior. Depende de cómo fuiste criado, cuidado, educado o no en valores. La influencia del contexto es muy importante.

Jorge Barudy, neuropsiquiatra.
Jorge Barudy, neuropsiquiatra.
Toni Galán
"El gran desafío para los padres es el modelo de mercado salvaje con las nuevas tecnologías, la relación de los niños desde pequeños con las máquinas. El uso indiscriminado de teléfonos, tabletas, ordenadores está deshumanizando"

"​Los niños tienen hoy menos empatía, menos capacidad de ponerse en el lugar de los demás, de implicarse en actividades comunes"

"​Estamos preocupados después de la pandemia por las tasas de aumento de sufrimiento en la adolescencia, de los casos de suicidio"

¿Qué impacto puede tener el tiempo que pasan los niños y jóvenes con máquinas?

Hoy en día el gran desafío para los padres es el modelo de mercado salvaje con las nuevas tecnologías, la relación de los niños desde pequeños con las máquinas. El uso indiscriminado de teléfonos, tabletas, ordenadores está deshumanizando. Lo que caracteriza al animal humano es el contacto social con otros. Los niños hoy tienen menos empatía, menos capacidad de ponerse en el lugar de los demás, de implicarse en actividades comunes.

¿La pandemia de covid-19 con la etapa de confinamiento y el alejamiento del trato con otras personas ha dejado huella en los jóvenes e incluso ha afectado a la salud mental?

La ha agravado más. Estamos preocupados después de la pandemia por las tasas de aumento de sufrimiento en la adolescencia, de los casos de suicidio. Nos inoculan la idea de que para ser personas hay que ser alguien, ser famoso, tener cosas, ser alguien en las redes sociales. Los jóvenes están muy solos.

¿Cómo se les puede ayudar a ser resilientes en una sociedad con padres sobreprotectores?

La sobreprotección es un intento desesperado por reparar, caer en esta idea de ser inoculado del virus de que si el niño desea algo hay que dárselo. Es un gran problema para manejar la frustración. Los niños en este momento cuando quieren algo no dicen 'me gustaría que me', la palabra que utilizan es 'lo necesito' y lo dicen con ansiedad. Es complicado por el modelo socioeconómico de mercado salvaje, de liberalismo salvaje que impone las reglas de juego, un sistema a través del consumo, para tener consumidores crean una estrategia desde muy pequeños con mensajes que reciben de que son más importantes tus deseos que implicarse en los juegos de los demás. Afortunadamente no es mayoritario. 

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