Tamara Falcó anuncia su boda
La hija de Isabel Preysler ha anunciado en las redes sociales que se casará el año que viene con Íñigo Onieva.
Tamara Falcó ha anunciado este mediodía que se casa con Íñigo Onieva. "Soy muy feliz, en eso se resume", ha publicado la hija de Isabel Preysler en su perfil de Instagram.
En la imagen que acompaña el anuncio se la puede ver besándose con el que será su futuro marido. "Antes de conocerte, Íñigo, me sentía completa y contenta, pero fue cruzarnos y que mi vida diera un giro a mejor, totalmente inesperado", ha escrito la marquesa de Griñón.
La pareja se conoció a principios de 2020, pero su relación no empezaría hasta la llegada del otoño. Con la celebración de su segundo aniversario de noviazgo han decidido avanzar en su relación dando el primer paso hacia el altar.
"¡Que locura! Pero como diría una sabia mujer: es una locura de Amor. Y como también dice San Pablo, en su carta a los Corintios: al final, en la vida lo único que importa es el Amor. Y escribo AMOR en mayúsculas porque se lo merece y esa felicidad que describo, es el resultado de ese respeto, cariño y admiración que tenemos el uno por el otro y que hemos compartido en estos dos años de noviazgo", ha declarado Tamara. "Atrás dejo la perfección mundana por una que para mi tiene mucho más valor: el Amor. Una unión que esperamos bendiga Dios con su luz y que aunque no esté exenta de cruz, está construida sobre la confianza y el afecto que profesamos el uno por el otro".
Y para concluir su mensaje, ha añadido: "Gracias, por proponerme ser tu compañera de por vida. Me siento la mujer más afortunada del planeta y el sí que te di te lo repito y te lo dejo por escrito para que no se te olvide jamás. Te quiero".
Un anillo de de triple diamante en lágrima
No hay anuncio de boda sin primer plano del anillo como prueba. Según publica la revista '¡Hola!', la alianza con la que Íñigo Onieva le ha pedido matrimonio a Tamara Falcó sería una joya de triple diamante en lágrima.
Se trata de una sortija que se aleja de lo clásico, pero mantiene la tradición en cuanto a la piedra preciosa elegida: los diamantes. En anillo no llega a cerrase alrededor del dedo y deja dos diamantes en forma de lágrima junto al meñique y el último junto al dedo corazón.
