Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Cosas de la vida

La elección del perfume importa

El olor corporal juega un papel en nuestra comunicación social. Por eso, es importante estudiar también el efecto que puede tener la colonia.

La fragancia se combina con nuestro olor corporal formando un olor totalmente nuevo y único.
La fragancia se combina con nuestro olor corporal formando un olor totalmente nuevo y único.
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Ponemos la tele y vemos a un hombre sin camiseta en un barco velero mirando al infinito con cara de interesante. Sus rasgos faciales, perfectamente simétricos y proporcionados, junto con sus músculos tonificados nos indican que se trata de un ejemplar en buen estado de salud, idóneo para la procreación. Junto con él, aparece una mujer en biquini igualmente atractiva que se muerde el labio inferior mostrándose sutilmente receptiva. No podemos captar ningún olor a través de la televisión, pero desde el principio sabemos que se trata de un anuncio de colonia. La sexualidad y el olor corporal están íntimamente ligados, y la industria del perfume lo sabe.

El sentido del olfato juega un papel crucial en la comunicación de muchos animales. Nosotros, los humanos, utilizamos más otros sentidos, pero eso no quiere decir que el olfato ya no sea importante. El olor corporal natural de un humano está formado por casi 2000 compuestos volátiles diferentes. Cada persona tenemos una combinación de compuestos única, lo que provoca los distintos olores. Los gemelos tienen un olor similar pero no idéntico, porque no solo la genética importa sino también el ambiente, sobre todo la dieta.

Cada vez hay más evidencias científicas de que nuestro olor corporal contiene información social relevante, como el momento del ciclo menstrual en el que se encuentra una mujer, el estatus social, la calidad de la dieta que consume o incluso su personalidad. En concreto, es especialmente relevante a la hora de elegir pareja y durante el sexo, sobre todo para las mujeres. Un estudio demostró que, para nosotras, tener una mayor sensibilidad en el olfato está asociada con relaciones sexuales más placenteras y una frecuencia más alta de orgasmos durante el sexo.

La mayoría de estos estudios tratan sobre el olor corporal natural. Sin embargo, el uso de perfumes es muy común el ser humano. Está extendidísimo en las distintas culturas e incluso está documentado que ya los egipcios se aplicaban fragancias. La cultura es parte de la biología de los seres humanos. Así que ¿No deberíamos tener también en cuenta el uso de perfumes a la hora de investigar la importancia del olor corporal?

Existen dos hipótesis principales que intentan explicar el uso del perfume en los humanos. Una es la hipótesis del enmascaramiento, que propone que la colonia sirve para ocultar nuestro propio olor “no deseado” y lo sustituirlo por otro más agradable. La otra es la hipótesis de la combinación. En este caso, la fragancia se combina con nuestro olor corporal formando un olor totalmente nuevo y único. Por lo tanto, nuestro olor corporal y la información social que acarrea puede verse incluso potenciado por el perfume. Esta hipótesis es la más reciente pero ya cuenta con evidencias científicas.

Unos científicos quisieron comprobar si, a la hora de escoger fragancia, nos basamos únicamente en su olor o en la combinación de este con nuestro propio olor corporal. Para ello, seleccionaron dos perfumes: el que los participantes del estudio solían utilizar y otro que les resultaba igualmente placentero. Entonces mezclaron ambos perfumes con el olor corporal del participante y le preguntaron si les seguían oliendo igual de bien. En este caso, reportaron que olía mejor el perfume que usaban habitualmente. Los autores del experimento concluyeron que, efectivamente, elegimos los perfumes teniendo en cuenta nuestro propio olor corporal.

En otro experimento, los investigadores dieron a los participantes tres olores, dos de la misma persona y otro de una persona distinta, para que adivinaran los que pertenecían a la misma persona. Cuando estos olores estaban mezclados con el perfume que la persona donante del olor solía utilizar, los participantes lo adivinaban con mayor facilidad que cuando estaban mezclados con otro perfume al azar. Por lo tanto, la elección que hacemos de nuestra colonia no es trivial, sino que probablemente escogemos aquellas que amplifican nuestra propia firma olfativa.

Otro ámbito en el que los perfumes juegan un papel es en la masculinidad y feminidad. La mayoría de las fragancias del mercado están diseñadas para un sexo u otro, los anuncios nos lo dejan claro. Un estudio demostró que el perfume masculino aumenta tus probabilidades de conseguir un puesto de trabajo directivo. A los participantes les dieron un currículum sin nombre y les preguntaron si contratarían a esa persona y cómo de seguros estaban de su decisión. Aquí viene lo interesante: los currículums habían sido perfumados previamente con una colonia masculina o femenina. Los participantes decidieron contratar más a los currículums perfumados con una fragancia masculina.

Algunas conclusiones que podemos sacar de todos estos estudios es que los olores y el perfume importan, que los sesgos machistas están metidos en nuestro inconsciente y que igual no es tan buena idea regalar colonia por Navidad, sobre todo si no conoces bien el olor corporal de esa persona o su perfume favorito.

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