‘The Line’: la utópica y kilométrica ciudad que Arabia Saudí planea construir en el desierto

Al norte del país se ha diseñado una ciudad futurista y ecosuficiente, de 170 kilómetros de largo y 200 metros de ancho y flanqueada por paredes de espejos, que estará compuesta de una sucesión de rascacielos de 500 metros de altura.

La ciudad del futuro, la más enorme construcción jamás creada. Así llaman al ambicioso proyecto que impulsa el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman. ‘The Line’ (La Línea) trae a la memoria los años del auge inmobiliario de Dubái, que edificó en el desierto faraónicas construcciones multimillonarias que captaban la atención mundial. Pero lo que quieren hacer los saudíes no tiene comparación.

Como parte de su programa de Visión 2030, el país acaba de anunciar los diseños de esta urbe futurista de la mano de Bin Salman, que asegura que ‘The Line’ será un ejemplo para seguir para las próximas comunidades urbanas en el futuro.

‘The Line’ es la piedra angular del desarrollo del megaproyecto NEOM, con un presupuesto de 500.000 millones de dólares. La ciudad está diseñada para albergar a unos nueve millones de personas provenientes de todo el mundo, generando un sentimiento de comunidad internacional. Tendrá una longitud de 170 kilómetros, desde las costas del Mar Rojo hasta los valles del noroeste del país, y una superficie total de 34 kilómetros cuadrados. Comprenderá cuatro ecosistemas distintos: costa, desierto, montañas y valles.

Según la página web de NEOM, está prevista la construcción de distintos núcleos urbanos hiperconectados y autosuficientes en los que se integrarán parques públicos y espacios naturales. La movilidad es el punto clave de su diseño, ya que todas las necesidades básicas de sus habitantes estarán comprendidas en un radio de cinco minutos andando. Pero gracias a su sistema de transporte público —un tren de alta velocidad—, desplazarse de un extremo a otro de la ciudad no llevará más de 20 minutos. Y lo más importante: sin tener que coger el coche, una ventaja que permitirá reducir la huella medioambiental de la metrópoli y su día a día. De esta forma, se espera mantener intacto el 95% de los espacios naturales y disfrutar de un ambiente libre de contaminación.

En línea con esto, se busca crear el clima perfecto para la vida del futuro. La ciudad garantizará a sus residentes temperaturas agradables durante todo el año, que ayudarán a conservar el entorno natural que les rodearán.

La infraestructura estará dividida en tres niveles que aglutinarán todos los sistemas de redes, transporte y servicios necesarios. Será prácticamente imperceptible ya que la mayoría se construirá bajo tierra e incluirá vehículos autónomos y rutas de transporte que, al estar automatizadas, podrán soportar un gran volumen de tráfico. Los diferentes componentes estarán totalmente integrados. La robótica y la inteligencia artificial se implementarán en el día a día, lo que permitirá procesar y analizar un 90% de todos los datos generados en la ciudad a través de 'machine learning', propiciando de este modo un aprendizaje continuo que permita optimizar los servicios prestados.

Pero no solo eso. 'The Line' también contará con su propio estado de fútbol e incluso un puerto deportivo cubierto. Es decir, el objetivo es que los habitantes de esta ciudad no tengan que salir de la misma para absolutamente nada. La idea de Mohammed bin Salman, inversor principal de este proyecto, pasa por tener construida esta megalópolis para 2030. Sin embargo, según un extenso reportaje publicado por 'The Wall Street Journal', esto no va a ser posible. Y es que a pesar de que los primeros módulos podrían empezar a ser ocupados para esta fecha, la ciudad no estaría terminada hasta dentro de 50 años.

Una apuesta milmillonaria

Enmarcada dentro de NEOM, la ciudad espera convertirse en el motor económico y de desarrollo de la región. Según las estimaciones anunciadas, 'The Line' generará 380.000 nuevos puestos de trabajo, ayudará a diversificar la economía saudí, liderando la transición desde los combustibles fósiles a la tecnología, e incrementará el PIB en unos 48.000 millones de dólares para 2030.

Busca ser un filón para los emprendedores, convirtiéndose en un hub de investigación, innovación e incubación de nuevas tecnologías. Además, constituirá un nudo logístico y de transporte capaz de reinventar las cadenas de suministro actuales. Tratará de aprovechar al máximo su ubicación geográfica, ya que para un 40% de la población global la ciudad se encuentra a menos de cuatro horas de viaje en avión y porque en la zona del Mar Rojo confluyen un 13% de todos los flujos comerciales de mercancías a nivel mundial.

'The Line' costará entre 100.000 y 200 000 millones de dólares, de los que el Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés) asumirá una gran parte, sobre todo en las primeras etapas de desarrollo. Uno de los principales desafíos del proyecto es elaborar un buen plan de negocio y una adecuada estimación de los flujos de caja para convencer a los inversores que puedan estar interesados.

No obstante, NEOM pretende ir más allá. En los próximos tres años se espera la presentación de unos cinco o seis nuevos proyectos que lo conviertan en una economía sostenible y en un destino turístico de ámbito global.

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