Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Plan científico tecnológico

Salud inteligente, movilidad sostenible, industria innovadora y circular y energía limpia, cuatro misiones posibles para Itainnova

Con un nuevo planteamiento, el Plan Científico Tecnológico de Itainnova pretende alcanzar el impacto social a través de soluciones concretas orientadas a misiones, la transferencia de conocimiento a la industria, la excelencia en el conocimiento tecnológico aplicado, así como la formación y capacitación tecnológica.

El Plan Científico Tecnológico de Itainnova es el marco de trabajo de la actividad de investigación y desarrollo para el periodo 2021-2024
El Plan Científico Tecnológico de Itainnova es el marco de trabajo de la actividad de investigación y desarrollo para el periodo 2021-2024

Salud inteligente, movilidad sostenible, industria innovadora y circular y energía limpia. Son las cuatro misiones tecnológicas que orientan el Plan Científico Tecnológico de Itainnova, que es el marco de trabajo de la actividad de investigación y desarrollo para el periodo 2021-2024.

En este caso, "el planteamiento parte de los buenos resultados obtenidos con el plan anterior 2017-2020, construido a partir de una visión tecnológica vertebradora al instituto, y avanza con el objeto de aplicar las tecnologías desarrolladas hacia la resolución de misiones concretas que respondan a los retos de la realidad digital, verde y social que nos rodea", precisa José Manuel Rodríguez Fortún, miembro del equipo de Simulación y Control de Tecnología Mecatrónica de Itainnova que se ha encargado de coordinar el Plan Científico Tecnológico.

"El resultado final –explica Francisco Rojas, responsable de Misiones tecnológicas y Comunicación a la sociedad de Itainnova–, será fiel a la naturaleza y funciones de Itainnova, pero el instrumento varía para sumarse a los anteriores: frente a múltiples acciones de transferencia tecnológica, individuales e inconexas, desarrollaremos dos o tres iniciativas por ámbito donde se transfiere de forma coordinada a toda una cadena empresarial".

Este año 2022, están empezando a tomar forma los primeros proyectos de misión tecnológica en salud inteligente (Cloud Data Mask), que coordina Rojas, y en movilidad sostenible, que coordina Adán Piñero, que detalla entre las líneas de interés: "Vehículo autónomo y conectado de transporte público e inteligencia artificial para la movilidad sostenible en entornos naturales protegidos".

¿De dónde viene esta orientación hacia cuatro direcciones tan concretas: salud inteligente, movilidad sostenible, industria innovadora y circular y energía limpia? Desde el Instituto Tecnológico de Aragón "observábamos el movimiento transformador de las políticas públicas de innovación –explica Francisco Rojas–, cuando en el año 2020 decidimos replantear parte de nuestras metodologías para producir impacto social e incluso reorganizarnos internamente para contribuir en cascada a las misiones tecnológicas europeas, a las nacionales y, en especial, a los retos socioeconómicos propios de nuestra región". Un análisis previo de esas necesidades y de las capacidades del instituto identificaron las cuatro misiones mencionadas: salud inteligente, movilidad sostenible, industria innovadora y circular y energía limpia y "se propuso replantear en parte los instrumentos habituales en materia de transferencia de nuestros resultados derivados de la actividad investigadora susceptibles de ser explotados por terceros", precisa el responsable de Misiones tecnológicas en salud inteligente.

Los nuevos proyectos de misión tecnológica del instituto "tienen en común que son complejos, proactivos, comparten riesgos, tienen un claro propósito e involucran a múltiples socios, públicos y privados, pero mantienen el cien por cien el espíritu de poner en valor el conocimiento propio para mejorar o fundar empresas de base tecnológica mediante el desarrollo, creación y comercialización de productos/procesos o para desarrollar y prestar servicios generando, esta vez con niveles de madurez tecnológica del 7 al 9, valor en el tejido empresarial y en la sociedad". E incluyen similares fases del proceso: identificación y selección de las oportunidades, protección, análisis de mercado, valoración, comercialización, licenciamiento o cesión de derechos de propiedad intelectual, así como cualquier otra actividad que favorezca la transferencia tecnológica, incluyendo las actividades de difusión en jornadas, seminarios, publicaciones, webs, artículos y todo tipo de apariciones en medios.

Los instrumentos clásicos dejan paso a un nuevo marco orientador

Ante los grandes retos que afronta la sociedad europea, en los últimos años "se ha constatado que muchos de los instrumentos clásicos de las políticas de innovación han perdido direccionalidad sistémica y efectividad", analiza Francisco Rojas. "Se invierte por parte de los gobiernos, pero los resultados de la innovación a veces no llegan a mercado o, cuando lo hacen, su contribución a minimizar los residuos, la contaminación o el uso de materiales y de energía (en general, a los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible) es una dinámica secundaria frente a la búsqueda de los beneficios a corto plazo", reconoce.

En el caso concreto de Aragón, "se ha evidenciado, además, un progresivo desacople entre la excelente capacidad de investigar y captar fondos competitivos de los agentes de investigación e innovación aragoneses y su aplicación real en el tejido empresarial regional: la transferencia tecnológica ‘per se’, la valorización de activos propios o el fomento en la creación de empresas de base tecnológica necesitan propósito para seguir siendo instrumentos válidos", asegura. Es necesario "un nuevo marco orientador, que las articule en una dirección y, en esto, la labor de los gobiernos y sus agentes debe transformarse para ser proactivos y catalizadores". 

La recuperación y puesta en valor de la génesis pública de muchos de los avances tecnológicos de las últimas décadas es un giro de los gobiernos europeos que está obteniendo consenso entre los expertos y que tiene en la economista Mariana Mazzucatto, asesora de la Comisión Europea, su principal impulsora con su ‘mission oriented innovation policy’. La idea que subyace es que, "en la era de las plataformas, los beneficios de las innovaciones alumbradas por lo público se distribuyan más equitativamente en la sociedad".

Mazzucato plantea, como atributos clave de las misiones tecnológicas: una visión con fuerte sentido de propósito; asunción de riesgos e innovación; dinamismo organizativo; colaboración y resultados indirectos en múltiples campos; un horizonte a largo plazo y un presupuesto centrado en los resultados; y una asociación dinámica entre los sectores público y privado.

Cuatro objetivos y once líneas de I+D

La tecnología desarrollada en Itainnova se aplica en soluciones sectoriales para lograr cuatro objetivos o misiones prioritarios:
  • Construir una industria eficiente, innovadora y circular.
  • Luchar contra el cambio climático y contribuir al desarrollo y uso de energías limpias.
  • Desarrollar un transporte limpio y modelos de movilidad sostenible.
  • Aplicar soluciones tecnológicas eficientes y competitivas a la salud.

El Plan Científico Tecnológico de Itainnova identifica once líneas de I+D que se centran en el desarrollo y aplicación de la tecnología de base para la oferta del instituto:
  • Materiales ecosostenibles y reciclados.
  • Procesos de valorización de materiales.
  • Materiales computacionales.
  • Componentes climáticamente neutros.
  • Procesos sostenibles de transformación de materiales.
  • Materiales inteligentes y multifuncionales.
  • Mecatrónica y sistemas ciberfísicos.
  • Sistemas eléctricos energéticamente sostenibles y EMC.
  • Inteligencia artificial, sistemas cognitivos y big data.
  • Internet de las cosas, ‘blockchain’ y ‘algorithmic business’.
  • Robótica.

-Ir al suplemento Tercer Milenio

Apúntate y recibe cada semana en tu correo la newsletter de ciencia

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión