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"El autotune está estandarizadísimo y se utiliza en todos los géneros musicales"

En Eurovisión se ha prohibido una herramienta que distorsiona la voz y de la que hacen bandera muchas bandas actuales. Varios artistas aragoneses rechazan que su uso sea sinónimo de no saber cantar.

Ms Von Disko, Lionware, Javier Roldón y Gasy.Lo.
    Ms Von Disko, el cantante Lionware, el ingeniero Javier Roldón y Gasy.Lo.
Jay Lux/J. M. Marco/Heraldo

La polémica está servida. La cantante Luna Ki, una de las aspirantes a representar a España en Eurovisión, se ha retirado del certamen porque no le permiten utilizar autotune. Se trata de una tecnología de modificación vocal, que ha popularizado sobre todo el reguetón, pero que es habitual también en muchos otros géneros. La normativa del festival de la canción no lo permite y la gran mayoría de artistas aragoneses -muchos de los cuales echan mano de esta herramienta- no entienden que se vete un sonido que está “estandarizadísimo”.

“El autotune se utiliza ya en cualquier género: no sólo es trap, reguetón o música urbana, se escucha también en otros géneros y en muchas canciones pop”, explica la DJ y promotora Candela Vázquez (Ms. von Disko), al tiempo que opina que hay grandes discos, como el último de Kanye West, que sería inconcebible sin el autotune. “Que lo prohíban me parece una regla absurda, sobre todo, porque Eurovisión no es un certamen de voces, sino en el que destacan las canciones y el ‘show’ alrededor. Hace unos años ya ganó el concurso otra artista, Netta, que usaba efectos de distorsión de voz”, dice una de las fundadoras de las fiestas Face Down Ass Up.

"¿Qué hubiera pasado si Dylan en su día
no hubiera cogido la guitarra eléctrica
y no hubiera llevado el folk al escalón del pop?"

“El otro día, viendo el documental del Raphael, pensé en la capacidad de evolución de Eurovisión: ha pasado de cantantes melódicos con orquestación a ‘productos’ sobre playbacks”, dice Javier Roldón, diplomado en Ingeniería de Audio, al frente de los estudios Vacuum Mastering. “Entonces, ¿por qué no usar el autotune, el melodyne u otras herramientas creativas para modelar y modular voces?”, pregunta quien ha masterizado proyectos de Kase.O, Tulsa, Tachenko, Bigott, León Benavente… “Yo prefiero corregir la afinación, pero el ‘autotune’ tiene una fuerza enorme en la música urbana y ha servido para avanzar en la música y el negocio. ¿Qué hubiera pasado si Dylan en su día no hubiera cogido la guitarra eléctrica y no hubiera llevado el folk al escalón del pop?”, aventura Roldón.

Pero, ¿forma el autotune parte de una obra musical en sí misma? Los músicos aragoneses tienen claro que hay artistas a los que no se puede entender sin esta tecnología, que aplica a la voz lo que podría hacer “una distorsión de guitarra”. El joven alagonés Lucas Bernal, más conocido como Lionware, cree que los fanáticos del sonido deberían tener “el oído abierto” a este tipo de instrumentos que “generan y proporcionan otras texturas sonoras”. “Hay quienes disfrutan con el sonido de compresores, con los que acercan al vinilo, con el lofi o con una cassette. Es una cuestión de gustos y el autotune es una característica más”, dice el cantante de 26 años, que ha firmado este 2021 un contrato con Warner para dos discos.

Aunque reconoce que -en lo personal- el tema de Luna Ki no le gusta nada, respeta al 100% la propuesta y considera que Eurovisión debería revisar algunas reglas porque no cree que sea un concurso de canto. “¿Estaría bien visto que fuera alguien con sintentizador, sin que cantara nadie? Me parece que si rechazan descubrir nuevos sonidos corren el riesgo de quedar atascados en el pasado con un discurso algo casposo”, dice Lionware, a punto de iniciar una gira por Salamanca, Valladolid y Madrid, antes de recalar el 25 de marzo en el Túnel del Oliver.

Para Elena Gasión, que suma decenas de miles de reproducciones de sus temas como Gasy.Lo, la autotune el caso de Luna Ki es paradigmático porque “tiene una escena muy cuidada, todo el producto, todo el concepto está bien elaborado” y la joven entiende que el autotune forma parte de esa globalidad. “Yo estoy a favor del autotune, me encanta, y creo que es una herramienta clave para la música actual. Quizá no sea para todo tipo de oyente y quizá en Eurovisión, por su historia, valoren más otro tipo de cosas, pero el autotune transmite un sentimiento diferente al de otro tipo de música y no debe valorarse en solitario, sino a nivel general de lo que aporta a la canción”.

El autotune no es nada nuevo y muchos en las redes sociales recuerdan estos días que ya Cher lo utilizó hace 24 años en su ‘Belive’. Muchos la consideran pionera en el uso de un efecto que mecaniza la voz y la hace sonar robótica e, incluso, en Wikipedia se habla del ‘efecto Cher’ en referencia a una “corrección digital aplicada a la voz humana”. Salvando las distancias es como el uso de un vocoder o de los megáfonos que usa, sin ir más lejos, Eva Amaral en su canción ‘Revolución’. ¿Es un recurso lícito?

“Antes podía parecer de segunda categoría, pero hoy es un instrumento más”, explican los músicos, al tiempo que reconocen que sí ha habido “algún discurso cochino” sobre si usar autotune es o no sinónimo de no saber cantar. “El ‘autotune’ no es magia. También hay virtuosismo y hay que aprender a usarlo bien. Habrá buenos cantantes que quizá no sepan afinar con autotune porque hay que conocer la técnica, el sonido y saber sacar con la voz rasgos que no consigues con otra cosa”, dice Lionware.

Luna Ki, la artista cancelada cuya canción ‘Voy a morir’ ya no se podrá escuchar este fin de semana en el Benidorm Fest, afirma que el autotune es “parte imprescindible de su interpretación”. "Habrá gente que dirá que no sé cantar sin autotune. Yo creo sinceramente que Luna canta, y que canta sin 'autotune', pero Luna Ki canta con 'autotune'", defiende la artista, tras insistir que su uso "es parte de la esencia de esta canción, no solo como herramienta del directo o de la interpretación, sino también de la composición, del concepto". En este sentido, Candela Vázquez comenta que no entiende cómo “Televisión Española le deja pasar todo el proceso sabiendo que no se podía usar”. Eso sí, “como estrategia de márquetin sería buenísima”, añade Von Disko.

Críticos y especialistas musicales, como Sebas E. Alonso y Claudio M. de Prado, de la web Jenesaispop, han analizado estos días el ‘hype’ que está generado el Benidorm Fest y el hecho de que se hayan presentado artistas consagrados con más de medio millón de oyentes en Spotify como Javiera Mena, Rigoberta Bandini o el rapero Rayden. A su juicio, los grupos se han dado cuenta de no han de menospreciar “un escaparate de 200 millones de espectadores que te puede abrir muchas puertas si lo haces bien”. La prueba es que Maneskin, ganadores en el último certamen por Italia, se ha convertido en uno de los grupos más escuchados del mundo e, incluso, han entrado en listas de Estados Unidos. 

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