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Las aventuras de una zaragozana con su perro Fito en el soto del Gállego

Si crees que tu día no ha empezado de la mejor manera, lee la historia que ha compartido esta usuaria a través de un hilo en Twitter que ha arrancado más de una carcajada.

Las aventuras de una zaragozana con su perro Fito en Soto del Gállego
Las aventuras de una zaragozana con su perro Fito en Soto del Gállego
@Majudi46

Buenas tardes, os paso a relatar la mañanica que he llevado...dentro bobina”. Así comienza el hilo publicado en la tarde de este miércoles por Julia Aragón (@Majudi46 en Twitter). Una historia en clave de humor que se desarrolla en Zaragoza y está conquistando a los usuarios de esta red social.

Tal y como relata, esta zaragozana comenzó el día con un paseo con su perro Fito. Pero, “nada más salir a la calle, bombazo...Fito se para y empieza a temblar”. Por lo que su dueña decidió volver a casa y cambiar la caminata por ir a nadar. Tras preparar la mochila, y como la piscina queda lejos de su casa, coge el coche para llegar hasta allí. Pero al llegar, encuentra que “no hay sitio para aparcar en dos kilómetros a la redonda” con motivo de la Ofrenda de Frutos. Por lo que toca cambiar el plan.

Julia vuelve a casa y para “arreglar” la mañana decide, “con Fito ya más tranquilo” retomar el paseo, pero esta vez en la zona del soto del río Gállego, una zona muy agradable para pasear con perro. “Cojo mochila, agua, una toalla para el coche por si se mete en el río, Fito y vámonos”, explica Julia.

Una vez en el destino, todo parece que marcha bien. Coche aparcado, Fito (que va suelto) no tiembla… Por lo que continúan el paseo. Tras 45 minutos, y tras cruzarse con varios ciclistas y caminantes, decide darse la vuelta. “En esto que Fito ya está más alegre, ve un conejo y lo encorre un rato hasta que el conejo, mucho más listo y rápido que mi perro se le escapa”. Fito disfruta y su dueña también de verlo.

Pero unos metros más adelante, el tranquilo paseo le deparará a Julia y a su mascota un final… inesperado. “Veo salir de entre unos matorrales un mozo con una bicicleta, llego a su altura y le pregunto si está bien, si se ha caído. Es lo que me había parecido, se ríe y me dice: no, no, estoy bien, se monta en la bici y se va”. Mientras tanto, Fito anda a su marcha por detrás. “Yo sigo caminando, le silbo, y lo veo que viene y se mete en esos matorrales y tarda en salir, vuelvo a silbarle” y cuando sale… lo hace “relamiéndose todo contento y lleno de mierda, es decir que el muchacho ha tenido un apretón y ahí ha dejado todo lo suyo”.

Ante semejante panorama, Julia se pone a pensar cómo llevar a Fito a casa. Y piensa en bañarlo en el río como la mejor opción. “Busco una zona para poder bajar, cojo a Fito como puedo para no mancharme, imposible, va rebozao. Me meto en el río, limpio como puedo al perro, bien, queda el olor. Llegamos al coche, envuelvo a Fito en la toalla y lo ato. Llegamos a casa, a la bañera, tres jabonadas, tres aclarados, Fito con cara de culpable, no me hagas ojitos, canalla, que la que has liado es… Lo seco, lo perfumo. Ahora falta limpiar con lejía el cuarto de baño, una hora larga dando lejía a todo. Baño impoluto. Toda la ropa a la lavadora, ducha y a hacer la comida que quedan 15 minutos para que vengan a comer”.

Y así terminó la mañana de Julia, que con su hilo ha conseguido arrancar la carcajada de los tuiteros que han seguido, sin perder detalle, su historia.

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