Javier Coronas: "En el ámbito de los cómicos, mi mote es gordo fullero"

El humorista desea jubilarse en 'Ilustres ignorantes', el programa que conduce desde 2008, pero tiene tiempo hasta para lanzar un nuevo podcast.

Javier Coronas, ''padrino' del mercadillo solidario Mil Grullas.
Javier Coronas, en una imagen de archivo
JOSé MIGUEL MARCO

Cuenta Javier Coronas (Barcelona, 1969) que, de niño, estaba siempre contando chistes. Eso sí, jamás pensó que aquel gracejo natural le llevaría a dedicarse por entero a la comedia. Fue años más tarde, al tiempo que enfocaba sus pasos a la radio, cuando se dio cuenta de que "todo lo derivaba hacia la tontería". Hoy es uno de los cómicos más lúcidos y ácidos de la televisión.

-No le basta con 'Late motiv' e 'Ilustres ignorantes' que ahora lanza un podcast junto a Raúl Cimas llamado 'El bar de los Broder Tolquin' para Spotify. ¿Lo suyo es vicio?

-Yo soy un 94% vicio y un 6% grasa corporal o al revés. Es que tengo adicción a hacer cosas con mi hermanito Raúl Cimas y era una idea que teníamos en la cabeza. Los Broder Tolquin nacieron en El Terrat, en 'Late motiv', cantando canciones, y luego fue derivando a otra cosa peor, pero vamos, estoy muy contento.

-Y, sin embargo, a veces va de vago. ¿Cuál es el Coronas real, el gandul o el' workaholic'?

-(Ríe) Yo voy de vago y soy vago, aquí el trabajador es Cimas. Es que como a lo que me dedico me hace divertirme muchísimo pues tampoco considero que sea un trabajo, aunque me lo curro.

-¿Cómo describiría 'El bar de los Broder Tolquin'?

-Pues es un bar surrealista. Es el Café Gijón de Hacendado.

-Aquí vuelve a llevar un poco la batuta, ¿se vive mejor moderando?

-Se vive mejor moderado, más que moderando (ríe). Como ahí no todos tienen experiencia en la radio, pues alguien tiene que poner un poco de orden.

-Y eso le permite meter baza. ¿Siempre ha sido un poco mosca cojonera?

-Yo siempre he sido la mosca cojonera. En el ámbito de los cómicos, mi mote es gordo fullero.

-¿Y cómo consigue no caer mal?

-Ah, no lo sé. Imagino que se puede ser mosca cojonera y buena persona, marida perfectamente.

-¿Pero alguna vez le ha sentado mal a alguien algún chiste suyo?

-Imagino que sí, pero no me consta. Ya sabes que ahora estamos en la época de los ofendiditos.

-¿Y no le preocupa?

-No, porque si no, no me dedicaría a esto, seguiría de reponedor.

-¿Cuándo se dio cuenta de que lo suyo era el humor?

-Yo era el que contaba chistes cuando era bastante pequeño, pero en ningún momento pensé que me iba a dedicar a ello. Cuando empecé a hacer radio con 17 años me di cuenta de que todo lo derivaba hacia la tontería y la broma y me detectaron humorismo.

-¿Qué es el sentido del humor?

-Son unas gafas para ver la vida de otra manera.

-Con la pandemia, ¿el humor ha sido más necesario que nunca?

-El humor siempre es necesario pero es verdad que en estos tiempos se ha incrementado el gasto de humor, la gente ha consumido más y se han creado muchos podcast. Ahora que he vuelto a los teatros con 'Ilustres', sí que noto que la gente está con una predisposición fantástica.

-¿Espera jubilarse en 'Ilustres'?

-Ojalá, yo no le veo fin y no me quiero separar del gran maestro Javier Cansado. Compartir programa con él y con Pepe Colubi es un lujazo que no está pagado, ¿eh, Movistar?

-¿Se ha levantado alguna vez diciendo no tengo gracia?

-Creo que eso nos ha pasado a todos alguna vez. A mí no me gusta ver lo que hago, porque vería muchos fallos, y como valiente que soy prefiero no afrontar los problemas.

-Comenzó en la televisión a finales de los noventa. ¿Cuántas cabezas ha tenido que pisar para seguir ahí?

-Yo ninguna. Al contrario, tengo la suerte de poder decir que todas las cosas que he hecho en televisión han sido cosas que me han gustado. Yo he elegido lo que quería hacer. Siempre digo que el currículo de alguien que trabaja en televisión no es lo que hace sino lo que deja pasar. Me considero un privilegiado.

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