Una empresa aragonesa fabricante de componentes electrónicos analógicos quiere saber qué está desarrollando ahora mismo su competencia directa para ver cómo pinta el futuro. Un futuro que también depende de hacia dónde evolucionan las necesidades tecnológicas de sus clientes, de sectores como la automoción, electrodomésticos o industrial. ¿Será mi componente electrónico analógico incluido en sus próximos desarrollos?, se pregunta esta compañía. Si otros productos o tecnologías pueden venir a sustituir la tecnología que incorporan sus componentes, quiere verlos venir.

La empresa plantea su inquietud a Itainnova, donde hacen uso de la propiedad industrial como herramienta para evaluar posibles tecnologías sustitutivas de la suya. Jorge Riobó, técnico del equipo de Desarrollo de Negocio de Itainnova, explica cómo "utilizando la propiedad intelectual, y en concreto las patentes, tenemos capacidad de establecer posibles escenarios futuros y plantear estrategias acordes a dichos escenarios".

Tras analizar la madurez de la tecnología que incorporan los componentes que fabrica esta empresa aragonesa –estudiando tanto a sus competidores directos como a empresas multinacionales líderes–, buscaron qué tecnologías sustitutivas podían venir a desplazar la suya. "Llegamos a evaluar más de una decena, pero concluimos que solo una de ellas podía ser una seria amenaza", indica.

Y aquí entró en juego la patentometría, el análisis macro de un conjunto de patentes. "De manera sectorial y aplicación por aplicación, se estudió cuáles podían incorporar la tecnología con potencial para reemplazar a la del cliente". Para ello, "nos apoyamos en la propiedad industrial y, mediante el análisis de tendencias, se llegó a la conclusión de que un 15% de sus aplicaciones era altamente probable que se viesen impactadas por la incorporación de la nueva tecnología en un plazo de no más de cinco años". Una valiosa información.

Potencial

Riobó constata que "las empresas empiezan a vislumbrar el potencial que posee la inteligencia competitiva apalancada en el campo tecnológico, como en este caso son las patentes, ya que aporta a las organizaciones información fiable y de valor para minimizar los riesgos a la hora de tomar decisiones estratégicas".

En un seminario ‘online’ celebrado el pasado miércoles en el marco del proyecto Record sobre ‘Protección de la innovación: patentes y su utilidad’, Riobó quiso romper con "esa visión ‘pobre’ de la patente como documento que exclusivamente contiene información técnica". Explicó que "tanto si hacemos un análisis micro de una patente como si hacemos un análisis macro de un conjunto de patentes (patentometría), la información de valor que podemos obtener es clave para analizar el nivel de competencia dentro de una industria y poder desarrollar una estrategia de negocio".

Conocer lo que han patentado otros sirve "desde la manida frase de ‘no reinventar la rueda’ hasta poder, en el caso límite, evaluar el potencial tecnológico de un país sector a sector", señala. En casos complejos como el presentado, "mediante un análisis macro de la información recopilada en patentes, hemos sido capaces de analizar tendencias tecnológicas sectoriales, la madurez de una tecnología, detección de nichos tecnológicos y diversificación de producto, análisis de competidores actuales y potenciales y sus mercados de actuación, etc.".

Pero conocer lo que está patentado también permite evitar la infracción de derechos adquiridos por terceros, "que es el fin básico de la propiedad industrial". En Itainnova, "dentro de nuestra Metodología de Diseño Robusto (MDR) de nuevos productos, utilizamos la vigilancia de patentes como paso previo antes de avanzar hacia la concepción de un prototipo, de cara a evitar a nuestros clientes futuros problemas relacionados con la infracción de derechos de propiedad industrial. Este paso es clave para nosotros: innovar pero con seguridad".

Dónde buscar

Sube el número de invenciones en Aragón

"Se suele decir que Aragón supera a la media española en inventos y patentes", señala M. Carmen Valiente, técnica del equipo de Explotación de Resultados de Itainnova, quien explica que, "tradicionalmente hemos sido una comunidad autónoma muy bien posicionada a la hora de patentar, gracias a empresas como BSH y Saica, además de la Universidad de Zaragoza". Según los datos más recientes, "en 2020 se solicitaron en la Oficina Española de Patentes y Marcas 88 solicitudes procedentes de Aragón, 19 más que en 2019. Esto supone un incremento del 28%, unas cifras buenas –valora–, más cuando en la totalidad de España se han reducido un 17,7%. Parece que las empresas aragonesas se están animando, poco a poco". Pero hay que matizar, pues "lo agridulce de estas cifras es que son en su mayoría modelos de utilidad". Una figura similar a la patente, que también protege las innovaciones tecnológicas, pero más sencilla, pues "requiere menor nivel inventivo y tiene menor coste".

Aunque hoy en día hay mucha información disponible sobre el uso de la propiedad industrial e intelectual, Valiente cree que "sigue costando que llegue a las pymes, seguramente por la falta de recursos y por el coste, especialmente en el caso de las patentes". Existen varias modalidades de protección: patentes, modelos de utilidad, marcas, diseños, derechos de autor y secretos empresariales. Las patentes "protegen soluciones tecnológicas que resuelven un problema, esas soluciones pueden ser productos ‘físicos’ o procedimientos, habitualmente de fabricación, pero lo que no se puede proteger con patente son las ideas, o los modelos de negocio, como muchos creen", aclara.

Es importante elegir el momento ideal para presentar una solicitud de patente: "Lo suficientemente temprano para adelantarse a la competencia, pero lo suficientemente tarde para que tengamos claro que esa es la invención o producto que vamos a llevar al mercado". Cuenta que "muchísimas veces ocurre que presentamos una solicitud en cuanto tenemos el concepto, o en fase prototipo, y durante el desarrollo industrial surgen mejoras que ya no puedes incluir en la solicitud, dando lugar a nuevas patentes (si quieres protegerlas) y a nuevos costes". 

Jornada

Una de las cuestiones identificadas como barrera para la innovación por las pymes que participan en el grupo del proyecto Record, del que es socio Itainnova, fue "la falta de conocimiento sobre los diferentes instrumentos para la protección de la propiedad industrial e intelectual, asociada a la preocupación por sus costes y el desconocimiento de las posibles ayudas públicas para financiarlos", señala Cristina de la Hera, su responsable en Itainnova. Este fue el germen de la jornada ‘online’ celebrada el miércoles pasado (financiada por la operación 'Valorización de Resultados' en el marco del Programa Operativo Fondo Europeo de Desarrollo Regional Aragón 2014-2020), que "se pensó que podría ser de interés general para las pymes de cualquier sector, algo que confirmamos con los 125 inscritos". Además de abordar con especial énfasis las patentes y modelos de utilidad, se mostró, a través de ejemplos concretos, cómo la monitorización de patentes puede aportar una ventaja competitiva a las pymes. El proyecto Record, enmarcado en el programa Interreg Europe, permitirá, a través de la cooperación entre distintas regiones europeas, coordinar y mejorar sus políticas de innovación para un transporte sostenible, especialmente en lo referente al transporte por ferrocarril.

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