La odisea del 'Karim Allah', atracado en Cartagena tras ser rechazado por Turquía y Libia por llevar terneros enfermos

Los veterinarios escribirán el epílogo del barco, que ha retornado al puerto murciano dos meses después de su partida. La Autoridad Portuaria de Cartagena asegura que los bovinos fueron embarcados en diciembre cumpliendo todas las inspecciones requeridas por el Servicio de Sanidad Animal.

El 'Karim Allah', atracado en el puerto de Cartagena.
El 'Karim Allah', atracado en el puerto de Cartagena.
JUAN MEDINA/Reuters

Setenta días después de su partida desde Cartagena y tras un periplo por otros cuatro puertos, el futuro del 'Karim Allah', un barco libanés cargado con casi 900 terneros rechazados por Turquía y Libia, aún está en el aire. Esta mole de 81,8 metros de eslora y 14 de manga, blanco y lleno de chorretones de óxido, navega desde 1965, en los últimos años dedicado al traslado de animales. Muchos de esos viajes han sido entre los muelles cartageneros y los de Iskenderun, una ciudad ubicada en la costa mediterránea de Turquía.

El último, el más controvertido, es toda una odisea, aún sin final, que comenzó el 18 de diciembre. El epílogo lo escribirán los técnicos de Sanidad Animal cuando decidan qué hacer con los novillos: sacrificarlos, por tener la enfermedad de lengua azul, o dejar que los vendan en otro país. Será tras concluir las pruebas realizadas a los rumiantes en el barco que, tras varios días fondeado frente a Cartagena, este jueves atracó en el muelle de Escombreras, el más alejado de la ciudad. Fue por orden ministerial y acuciado por agentes de la Guardia Civil.

El periplo del barco y los problemas para los dueños de la carga comenzaron tras ser rechazada en el puerto turco y poco después en el de Trípoli (Libia). Partió y solicitó permiso para atracar en Bizerta (Túnez), para embarcar forraje, pero se le negó la entrada allí y en cualquier otro puerto tunecino, donde alegaron que las reses transportadas tenían fiebre aftosa.

Las negativas obligaron al patrón a abandonar las aguas territoriales tunecinas y a buscar abrigo en otras zonas. El 28 de enero fondeó en el puerto siciliano de Augusta, el penúltimo destino del que tiene constancia oficial. Tras pasar varios días anclado frente a Cagliari (Cerdeña), donde recibió un nuevo portazo, volvió a su puerto de origen, Cartagena, a la espera de conocer su futuro.

Fuentes ministeriales insisten en que el ganado salió de Cartagena provisto de los correspondientes certificados sanitarios y que proceden de áreas libres de lengua azul. Es la misma versión que sostiene la Autoridad Portuaria de Cartagena, donde aseguran que los bovinos fueron embarcados en diciembre cumpliendo todas las inspecciones requeridas por el Servicio de Sanidad Animal.

Mientras no sea resuelta el entuerto, el puerto cartagenero seguirá sin poder embarcar animales vivos para su exportación, por orden ministerial, un problema que afecta a empresas de la Región de Murcia, así como andaluzas, donde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sí está detectando ya focos de lengua azul.

Como Cartagena está cerrado a la exportación, Tarragona es el único puerto mediterráneo español que continúa las operaciones, para no cortar los envíos de animales vivos a países musulmanes. Pero el puerto catalán se puede enfrentar en breve a un caso similar. En diciembre partió de sus muelles el 'Elbeik', con terneros que ya han sido rechazados en varios puertos. También vuelve a casa.

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