psicología infantil

Tengo el corazón contento... ¿te lo escribo o te lo canto?

La música y la escritura son dos herramientas fundamentales para que los pequeños sean capaces de manifestar sus emociones y reconozcan sus sentimientos.

La música y la escritura son dos herramientas claves para transmitir emociones.
La música y la escritura son dos herramientas clave para transmitir emociones.
Pixabay

"La música es la taquigrafía de la emoción". El célebre novelista ruso León Tolstoi, autor entre otras muchas novelas de 'Guerra y paz' y 'Ana Karenina', tenía muy clara la importancia de la música para expresar los estados emocionales, una cualidad que también es extrapolable al mundo de la escritura, ya que no hay nada más sincero que un sentimiento escrito en negro sobre blanco. 

En ocasiones, a los más pequeños de la casa les cuesta exteriorizar lo que sienten y pasan temporadas en las que los silencios, las quejas infundadas o los cambios de humor son recurrentes, día si y día también. 

Los expertos en musicoterapia y escritura creativa insisten en la importancia de utilizar estas herramientas para que los pequeños exploren su interior y descubran, al igual que lo hizo Tolstoi, que la música y las letras pueden ayudarles a mostrar sus sentimientos y, además, hacerlo de una manera bonita. Sobre todo, en el caso de la escritura, donde, bien guiados por especialistas en escritura creativa, pueden imaginar historias con personajes que transmitan esos sentimientos que a veces los niños no saben exteriorizar. 

"La escritura nos permite crear emociones de la nada. Es… como la magia. Porque cuando una persona escribe, deja de estar en la habitación en la que se encuentra y se zambulle en su trama sin que nada más importe. La concentración es máxima, hasta el punto de estar allí, al otro lado de la hoja, frente al temible dragón. Los escritores tienen ese increíble súper poder: son capaces de desaparecer de la realidad y aparecer en la ficción, eligiendo en el proceso el estado de ánimo que toca según la situación que estén narrando", explica Ainhoa Corral, licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y, desde 2017, profesora de los grupos infantiles y juveniles de Estudio de Escritura, donde se enseñan a crear historias desde edades muy tempranas.

"La escritura nos permite crear emociones de la nada. Es... como la magia"

La escritura y la lectura ayudan a los más pequeños a mostrar sus sentimientos y también les permiten desarrollar un nivel de madurez muy superior al de otros niños de su misma edad. Los pequeños lectores y escritores "son capaces de expresarse mucho mejor y su comprensión del mundo también es muy elevada. Son, al fin y al cabo, pequeños demiurgos habituados a crear sus propios mundos, a gestionar los conflictos que sufren sus personajes, a diseñar vida coherente sobre una hoja en blanco. Todo eso les permite reflexionar muchísimo sobre sí mismos, pues necesitan ejercitar la empatía para que sus personajes sepan moverse en la historia. Y también analizan brillantemente la sociedad y sus problemas, porque necesitan comprenderlos para poder crearlos desde cero en sus historias", apunta Ainhoa Corral.

El poder de la música

Y al igual que ocurre con la escritura, la música, en todas sus variantes, es otra gran canalizadora y generadora de emociones. Desde su más tierna edad, los niños disfrutan de la música, primero con juguetes que suenan y luego escuchando a sus cantantes y grupos favoritos o con la satisfacción de aprender a tocar un instrumento.

"La vivencia musical enriquece la dimensión expresiva del niño e incluye el trabajo de capacidades emocionales como el conocimiento de sí mismo, la autoestima y la empatía, pilares básicos para su desarrollo personal e integral", explica Luis del Barrio, vicepresidente de la Asociación Aragonesa de Musicoterapia.

En el caso de los niños que tienen dificultades, serias o leves, para relacionarse con los demás a través de la palabra o la escritura, la música facilita la expresión de los sentimientos de manera natural. “La musicoterapia en educación utiliza la música con fines terapéuticos y educativos. Es el caso, por ejemplo, del autismo, donde incluyen la música como el medio ideal para la expresión, la comunicación y la relación con los demás. Mediante la creación y la interpretación musical el niño expresa sus deseos, da formas a sus ideas e interpreta el mundo que le rodea", afirma Del Barrio.

"La música es la mejor manera de que los niños expresen lo que sienten"

Y todo ello porque la música es un lenguaje universal y una herramienta que puede ser usada por todo el mundo. "En la actual situación que estamos viviendo, marcada por las ausencias y la distancia física, la música facilita que formemos parte de un mismo diálogo y, con las experiencias que giran en torno a ella, se construyen vivencias que mejoran la interacción social", apunta el vicepresidente de la Asociación Aragonesa de Musicoterapia. 

Finalmente, según este experto, "la experiencia musical del grupo implica el esfuerzo, la responsabilidad, el sentimiento de pertenencia, la identidad del grupo y el reconocimiento del éxito como un logro de todoss. Esto refuerza la confianza y la autonomía del niño al compartir los sentimientos positivos del colectivo. La creación y la interpretación musical permite al niño expresarse, compartir y disfrutar, y si lo hacen rodeados de sus amigos o compañeros de clase, mucho mejor", concluye Luis del Barrio.  

Si quieres recibir mäs noticias como esta visita la newsletter de planes para niños en casa de Heraldo.es

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión