Literatura

Cuando los animales transmiten valores

Las fábulas clásicas de la literatura para niños enseñan desde respeto y constancia hasta tener esperanza pase lo que pase. 

Los animales protagonistas de las fábulas enseñan una lección a los más pequeños.
Los animales protagonistas de las fábulas enseñan una lección a los más pequeños.
Pixabay

Una tortuga que habla con una liebre sobre una carrera solo es posible en las fábulas, lo mismo que aprender una importante lección mientras te adentras en la historia. En este caso, se enseña la importancia de no burlarse de nadie, no subestimar a una persona y los peligros de ser prepotente con nuestras habilidades. Todo esto lo aprenden los niños y niñas escuchando o leyendo la fábula de 'La tortuga y la liebre', un ejemplo de cuento breve donde los animales, y también a veces cosas inanimadas, son los protagonistas y poseen características humanas. 

Estos pequeños cuentos transmiten durante generaciones a los más pequeños una serie de valores, lo que conocemos como moraleja. Al tratarse de una historia corta y con pocos personajes, los niños y niñas prestan atención durante todo el relato y es más fácil que lo recuerden. 

Cuentan que en Mesopotamia, 2.000 años antes de nuestra era, ya se contaban fábulas a los niños. Pero, la primera que llegó hasta nuestros días es una fábula de Hesíodo, un poeta de la Antigua Grecia, recogida en su obra 'Los trabajos y los días'. Posteriormente, entre el siglo VII y VI antes de Cristo, llegaron las más famosas, las fábulas de Esopo, un escritor griego, que se caracterizan por su sencillez y fácil comprensión para los niños. Las moralejas que inculcan sus animales protagonistas todavía perduran hoy en día. Un ejemplo es la famosa fábula de 'La cigarra y la hormiga'. 

En ella aparece un cigarra, un poco vaga, que al llegar el invierno se encuentra sin comida porque se ha estado todo el verano tumbada y disfrutando. Acude a pedir alimento prestado a su vecina la hormiga. La hormiguita teme que no haya suficiente comida para ambas y le niega el préstamo. Le recrimina el haber pasado el verano vagueando en vez de haber hecho acopio de alimentos para el invierno. 

Estos pequeños animalitos nos enseñan que el trabajo constante de la hormiga se ve recompensado con la supervivencia y la despreocupación de la cigarra se paga con el hambre. 

'El pastorcillo y el lobo'

Los protagonistas también pueden ser personas, aunque lo más común de las fábulas es que sean animales. Esta famosa historia es una excelente forma de ayudar a los niños a resistir la tentación de mentir. 

La fábula cuenta que un pastorcillo asustó por diversión a la gente de su pueblo advirtiendo de la llegada de un lobo peligroso. "Qué viene el loboooo".  Una y otra vez, al oír esa frase, la gente del pueblo iba a ayudar al niño, pero no había ningún lobo. 

Sin embargo, un día el lobo realmente apareció y nadie fue al rescate del pastorcillo y sus ovejas, porque ya nadie le creía. Todos pensaron que era una broma, otra vez. Esta historia enseña a los niños que mentir puede tener consecuencias catastróficas. Como dice el dicho: En la boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso. Por tanto, si uno miente mucho, cuando diga la verdad nadie le creerá. 

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