El pasado lunes, pronunció la conferencia ‘Robótica y tecnología aplicada a la educación’, dentro del programa Educar para el Futuro de Fundación Ibercaja. Pero, díganos, ¿qué nivel ocupa la robótica en las aulas aragonesas?

Andamos con esa robótica educativa que yo llamo tangencial, que se está abordando desde las extraescolares, lo que provoca, por ejemplo, que el 95% de las chicas se descuelguen. Y, en este sentido, estamos perdiendo el tren. La robótica solo está considerada como asignatura curricular en la Comunidad de Madrid y el País Vasco también se ha desmarcado.

Hablemos de soluciones...

Necesitamos una robótica educativa planteada como una propuesta pedagógica integral, capaz de motivar a los alumnos desde infantil. Un método de enseñanza, en el que se aborde la robótica de manera trasversal. Si la integramos como un mimbre más dentro del cesto de la enseñanza, estaremos haciendo algo bien. La robótica no puede ir por un lado y el resto de asignaturas, por otro.

Sabemos que la robótica está muy vinculada con las STEM y las nuevas profesiones del futuro. Y, sin embargo...

Y, sin embargo, el 40% de los estudiantes siguen eligiendo estudios, profesiones, que van a desaparecer dentro de 15 años. Las empresas no encuentra mecatrónicos y las matriculaciones en carreras técnicas bajan pese a la demanda laboral. Y, sin embargo, siguen saliendo de las universidades camadas de graduados en Geografía o Historia que, seguramente, terminarán frustrados y tendremos que ayudarles a reinventarse. Está claro que algo estamos haciendo mal. Y nos estamos jugando el futuro.

¿Quiere decir que no se está enseñando bien la materia?

Solo con programación los chavales se cansan. La robótica es muy motivadora, porque les aporta la parte tangible que ellos necesitan: poder construir, crear, tener la oportunidad de hacer cosas útiles que sirvan para mejorar la sociedad. Además, implementa la formación en matemáticas, ciencias... Por eso es tan importante integrar la robótica educativa en el currículo. Debemos educar en valores y preparar a nuestros alumnos para lo que, previsiblemente, se van a encontrar el día de mañana.

¿No será que todavía no le hemos perdido el miedo?

En cuanto te acercas a la robótica, te das cuenta de que es sota, caballo y rey. Además, no tienes que memorizar, lo único que necesitas es un pensamiento lógico.

Pensamiento lógico y una fuerte inversión económica, ¿no?

Sí, pero también gastamos millones en repetir elecciones. Si queremos mejorar nuestro modelo económico, ser competitivos y no depender tanto del sol y la bandeja, algo habrá que hacer. Y, si no lo hacemos desde la educación, ¿desde dónde? Yo soy de naturaleza optimista, pero veo que los niños cada vez están más dejados, más abandonados y, en el tema tecnológico, cada vez más alejados. Debemos distinguir entre la tecnología del móvil –que tiene muy mala prensa– y la que, en teoría, viene para ayudarnos. Steve Jobs decía que todo el mundo tendría que dedicar dos años de su vida a aprender programación;y yo pienso más como su sucesor, Tim Cook, que opina que la robótica educativa es prioritaria, más que aprender idiomas, para eso, solo hace falta que nos implanten un chip en el oído.

Siento curiosidad. ¿Y qué hacemos con las humanidades?

Insisto. El 40% de las profesiones que conocen los escolares corren el riesgo de desaparecer. Dentro de veinte años, los abogados serán virtuales, todo van a ser estadísticas. El big data ya es una realidad.

¿Qué hace falta para darle ese empujón definitivo a la robótica educativa?

Decisión política para que en las escuelas haya una enseñanza reglada de la robótica, curricular y escalable, ypara que la DGAse desmarque de lo que está pasando en el resto de España y esté más atenta a lo que está ocurriendo en el resto del mundo, porque Aragón es referente en innovación educativa y debería también liderar la enseñanza de la robótica en las aulas y la formación de docentes, pero nos falta autoestima... y decisión política.