educación emocional para familias

Hoy, hacemos las maletas y nos vamos de viaje con los hijos

Los niños también necesitan viajar y experimentar esas sensaciones y emociones que produce una aventura.

Los viajes tienen muchos beneficios para ellos
Los viajes tienen muchos beneficios para ellos.
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Qué alegría sentimos cuando, por ejemplo, nos plantean un viaje sorpresa. Enseguida, hacemos las maletas, pensamos qué lugares visitaremos, soñamos despiertos como será el lugar... Los niños también necesitan viajar y experimentar esas sensaciones y emociones que produce una aventura. Los viajes tienen muchos beneficios para ellos:

Autonomía. Ellos podrán hacerse su propia maleta, aunque, en el caso de los más pequeños, habrá que ayudarles a hacerla. Además, aprenderán a desenvolverse en diferentes situaciones en las que tendrán que ser autónomos: no olvidar la maleta en el tren, no dejar sus cosas en cualquier sitio…

Nuevos sabores. Cuando vamos de viaje nos gusta probar cosas distintas a las habituales. Si desde pequeños se acostumbran a probar nuevos sabores serán adultos que coman de todo y sepan disfrutar de los sabores y texturas de las diferentes comidas.

Capacidad de adaptación. Si desde niños aprenden que puede que el viaje no resulte como estaba planeado, por diversos motivos, de mayores serán capaces de viajar a países en vías de desarrollo y sabrán adaptarse a ese lugar y a sus circunstancias.

Organización y planificación. Cuando viajamos, planificamos el alojamiento, el medio de transporte, lugares que visitar… Si les enseñamos a ellos cómo planificar un viaje, de una manera sencilla, de mayores sabrán ajustarse a un presupuesto establecido.

Aprendizaje cultural. En todas las ciudades hay monumentos que visitar, que son parte de nuestra historia, y también museos muy interesantes. Es necesario que los niños aprendan desde pequeños la historia que hay detrás de esos monumentos. Puede ser una parte muy importante en su formación.

Creatividad. Y sí en el viaje fracasan las opciones que tenemos planeadas, ¿qué hacemos? Seguro que se nos ocurre una opción alternativa. Es interesante que aprendan que el abecedario tiene 27 letras, tantas como opciones tienen ellos si falla la primera.

Practicar diferentes idiomas. Si viajamos a países donde no hablen nuestro idioma, los niños tendrán una oportunidad estupenda para practicar otras lenguas. Así saldrán de su zona de confort y se animarán a hablar en inglés, francés…

Recuerdos aventureros. Es maravilloso después de un viaje elaborar un álbum con todas las fotos, billetes, entradas a museos... así quedará para siempre en su memoria.

¿Quién se apunta al viaje?

Por: Ana Rojo de la Vega, maestra y orientadora educativa, miembro de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía

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