Tercer Milenio
En colaboración con ITA
¿Por qué me pasa?
Por qué meto más la pata si ando con prisas
"Vísteme despacio que tengo prisa". La ciencia confirma el refrán popular. El cerebro actúa de un modo diferente cuando vamos apurados.
Equivocarse es de sabios, y equivocarse mucho es propio de sabios con prisas. Está científicamente demostrado que si haces las cosas a la carrera metes más pifias. Una investigación de la Universidad de Vanderbilt (EE. UU.) publicada en la revista 'Neuron' demostró que el cerebro actúa de un modo diferente cuando vamos con prisas que cuando nos damos el tiempo suficiente para razonar y sopesar nuestros actos. Y que eso nos hace perder precisión y tomar peores decisiones.
Para ser exactos, lo que cambia con las prisas es la respuesta de las neuronas de la corteza prefrontal, que se activan con antelación, como un coche de carreras calentando motores. Por eso, dicen los investigadores, el "modo rápido" de respuesta es menos preciso y puede conducir a decisiones precipitadas y erróneas. Dicho de otro modo, si damos prioridad a la velocidad de la decisión, atinamos menos. Un espaldarazo neurocientífico al refrán castellano "Vísteme despacio que tengo prisa".