Escuela activa

Padres Plus + . Hoy hablamos sobre la persuasión

Diseñado por Fundación Piquer, ‘Padres Plus +’ es un entrenamiento personal para padres y madres, enfocado a las necesidades de cada familia, para mejorar la educación de los hijos y la convivencia. Comenzamos.

Padres Plus + es un entrenamiento personal para padres y madres
Padres Plus + es un entrenamiento personal para padres y madres

Pero... ¿qué es la persuasión?

La persuasión es la capacidad de una persona para convencer a otras de la validez y fuerza de sus razones o argumentos, con el propósito de cambiar su actitud o pensamiento. Nuestros hijos crecen, forjan personalidades, que les hacen plantearse valores incuestionables en la niñez. Además, la sociedad evoluciona y ofrece pensamientos distintos a los nuestros. Así pues, con frecuencia, necesitamos debatir sobre la conveniencia o no de un determinado comportamiento, de una idea. Ante algunos temas, las conclusiones derivadas no tienen demasiada importancia y podríamos, incluso, obviarlas; pero, en otros, debemos esforzarnos por convencer e influir en sus percepciones. Es en estos casos, donde será efectiva nuestra capacidad de persuasión, para argumentar de manera convincente, sin pretender imponer nuestros criterios, pero logrando que entren en el juego, que se adquiera una perspectiva que sume, a la hora de decidir sobre un enfoque, que consideramos más sensato, responsable o exitoso.

A veces, caemos en el error de mostrar pensamientos válidos desde nuestra posición, pero que se apoyan en premisas no compartidas y que, por ello, quedan invalidados desde el primer minuto. Esta situación, nos lleva a enfrentamientos sin conclusión satisfactoria, a tensiones recurrentes y, en definitiva, a lo que percibimos como una falta de entendimiento.

Pautas de conducta

En la capacidad de persuasión influirá nuestro desarrollo en otras competencias, como liderazgo, destreza comunicativa, empatía, negociación… También lo hará nuestra credibilidad. La parte interlocutora –nuestros hijos– no debe percibir nuestros argumentos como falaces, por ocultar los verdaderos motivos que nos impulsan a tratar de convencerles.

En cualquier caso, podremos potenciar la persuasión, si preparamos nuestras exposiciones previamente y con rigor; si organizamos nuestra argumentación, empezando por las ideas que sabemos que más fácilmente pueden asimilar, para ir subiendo, de manera lógica y progresiva, hacia un nivel de aceptación superior.

En este sentido, servirá de ayuda valorar de antemano las objeciones que nuestros hijos nos van a presentar, para tenerla ya pensada y ofrecer una respuesta rápida y sólida, no ya para nuestra percepción, sino pensando en su manera de ver la realidad.

Como en todo proceso comunicativo, el uso que hagamos del lenguaje verbal y no verbal resultará clave. Y la propia experiencia nos mostrará, según cada caso, los resortes que mejor impactan –mensaje más racional, más emocional…–, de los que haremos un adecuado uso para no gastarlos innecesariamente. Lo idóneo es conducirlos, para que sean ellos los que obtengan las conclusiones finales.

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