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Frutas que envejecen y luz caliente y fría

¿Sabes por qué hablamos de luz caliente o fría? También te contamos por qué hay frutas que no maduran una vez cogidas del árbol, sino que envejecen

Los objetos que se calientan mucho emiten luz de todas las frecuencias (de todos los colores
Los objetos que se calientan mucho emiten luz de todas las frecuencias (de todos los colores
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Luz caliente y fría

Cuando obtenemos luz del Sol, del fuego o de la una bombilla de filamento, el fundamento físico es el mismo: los objetos que se calientan mucho emiten luz de todas las frecuencias (de todos los colores). Si el objeto se encuentra a unos 5.500 grados de temperatura, la de la superficie del Sol, la luz es blanca. Los objetos más fríos emiten una luz rojiza (a la que, erróneamente, se le llama luz ‘cálida’), y los más calientes, luz azulada (‘fría’).

En una bombilla incandescente, menos del 15% del consumo sirve para producir luz, el resto se va en forma de calor. Existen procesos atómicos en los que los electrones pueden cambiar de energía, emitiendo luz, sin calentarse.

Los fluorescentes y las bombillas de bajo consumo funcionan así, aunque consumen aún bastante electricidad para provocar esos cambios electrónicos. En los diodos emisores de luz (LED, en sus siglas en inglés) ese proceso es más simple y el consumo es mucho menor. El problema es que esos sistemas solo emiten luz de una frecuencia, o sea, de un color. Combinando led de tres colores (azul, verde y rojo), que son los que detecta el ojo humano, se consigue luz blanca, más ‘cálida’ o más ‘fría’, según las proporciones. Pero la luz led siempre es fría y es muy eficiente.

Frutas que envejecen

El etileno actúa como una hormona y provoca la maduración
El etileno actúa como una hormona y provoca la maduración
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Las frutas que comemos van creciendo gracias a los nutrientes que les aporta la planta. Llega un momento en que ya tienen el tamaño adecuado, y no adquieren más sustancias, sino que se produce un aumento de su contenido en azúcar y cambios en la textura de la carne y en el color de la piel.

Este proceso, la maduración, en muchas frutas y hortalizas -manzanas, peras, melocotones, tomates- puede producirse después de haber sido arrancadas, y tiene lugar por efecto de un gas presente en el ambiente: el etileno, una molécula muy simple con dos átomos de carbono y cuatro de hidrógeno.

El etileno actúa como una hormona y provoca la maduración, pero también es producido por la fruta al madurar: por eso las frutas en un frutero maduran más rápidamente, unas aportan a otras el etileno para que el proceso evolucione. Por eso también algunos frutos se pueden coger más verdes y conservarlos, incluso durante meses, en grandes cámaras de atmósfera controlada -sin etileno-, aportándoselo en el momento en que se desee su maduración. Sin embargo, en otros frutos -cerezas, naranjas, piñas- no se produce maduración por etileno; el fruto, una vez cogido, puede envejecer e, incluso, pudrirse, pero no madurará.

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