educación

Jornada continua: ventajas e inconvenientes

El debate sobre la jornada partida o continua en la escuela está viciado. Suele hablarse más de lo que conviene de los adultos y nos olvidamos de los verdaderos agentes protagonistas: los niños

Hay que potenciar diferentes opciones para que las familias puedan elegir según sus necesidades
Hay que potenciar diferentes opciones para que las familias puedan elegir según sus necesidades
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Desde el punto de vista psicopedagógico, existen ventajas en la jornada continua, ya que en las primeras horas de la mañana el rendimiento académico en las áreas con más exigencia intelectual es superior al de las tardes; brinda más tiempo libre a los alumnos; y reduce el tiempo de los desplazamientos. Pero también presenta inconvenientes, ya que concentrar muchas clases seguidas contribuye al cansancio y a la falta de atención; impide tiempos para coordinación del profesorado; hay que madrugar más; los alumnos que no tienen a sus padres en casa por las tardes están más desorganizados... Y es más plausible en los alumnos de Educación Infantil.

En España, la mayoría de las CC. AA. han adoptado la continua y solo tienen jornada partida algunos centros de Aragón y Valencia y la práctica totalidad de Cataluña y el País Vasco. Pero no se puede generalizar, pues no es lo mismo hablar de la escuela rural que la urbana, donde los desplazamientos suponen muchísimo tiempo. Tampoco es lo mismo hablar de los niños de infantil que de los últimos cursos de primaria. En el primer caso, habría que articular descansos intermedios, que se podrían aprovechar para implementar programas como los desayunos saludables o el consumo de fruta fresca.

En Aragón, casi el 80% de los centros públicos y el 30% de los concertados ya tienen implantada la jornada continua

En Aragón, en marzo de 2019, casi el 80% de los centros públicos y el 30% de los concertados ya tienen implantada la jornada continua. Sin embargo, hay que flexibilizar la situación actual y ofertar a las familias alternativas que pasen por ampliar el horario de los colegios. Solo se facilita la conciliación familiar cuando los centros educativos tienen horarios de apertura y cierre mucho más amplios. De igual manera, habría que plantear que las áreas instrumentales se aborden en las primeras horas de la mañana y que las de la tarde o últimas horas de la mañana se dediquen a actividades extraescolares de tipo artístico, musical, deportivo, creativo o innovador. Tampoco debería ser igual el horario de primavera y otoño que el de invierno. Por otro lado, habría que potenciar opciones en distintos centros para que las familias pudieran elegir según sus necesidades. Unos colegios podrían ofertar el horario partido; otros, ampliar el de mañana y reducir las tardes a dos o tres a la semana; y otros, incluso, podrían hacer la jornada continua con actividades extraescolares gratuitas por las tardes, incluido el comedor.

La escuela del futuro ha de ser mucho más flexible en metodología, en horarios y en la distribución de las vacaciones y espacios escolares. Obviamente, la jornada continua se adecua mucho más a estas necesidades, ya que ofrece a las familias la posibilidad de comer con sus hijos y no volver por la tarde al colegio. Pero también hay familias que necesitan que sus hijos coman en el comedor o que realicen actividades extraescolares en el propio centro. Por otro lado, hay que reconocer que cada vez hay más estrés y ansiedad entre nuestro alumnado por la falta de tiempo para el ocio. Los alumnos tienen que hacer deporte, actividades al aire libre y tener el tiempo libre suficiente para desarrollar aquellas actividades que más les satisfagan.

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