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Alberto Hernández Díaz: "La voz humana es el mejor mensajero de la esperanza"

Licenciado en Psicología y diplomado en Trabajo Social, lleva doce años atendiendo el Teléfono de la Esperanza.

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Alberto Hernández también mira con esperanza.
Toni Galán

Esperanza... Cuánta literatura ha engendrado el vientre de la esperanza... Hablando del Teléfono de la Esperanza, sería bueno que su presidente en Aragón, Alberto Hernández Díaz, nos hablara de esta manida palabra.

Entiendo la esperanza como un valor a cultivar, pero siempre en relación a otras personas. Lo contrario se llama egoísmo.

Me produce urticaria esa palabra. Egoísmo, me refiero. Regresemos a esperanza...

A mí también me es más grato hablar de esperanza. En la psicología positiva, uno de los pilares básicos es el ‘meaning’, el sentimiento de pertenencia, es decir, que cada uno de nosotros pertenecemos a algo más grande que nosotros mismos. Esto da sentido a la vida.

Psicología positiva y esperanza...

Tener esperanza es sentir la pertenencia a algo más grande, y devolver a la vida lo que la vida te da, sea poco o mucho. Esa es la energía que mueve a quienes estamos en el Teléfono de la Esperanza.

¿Qué es el Teléfono de la Esperanza?

Es un entidad sin ánimo de lucro que escucha a quien debe ser escuchado. Es una oreja amiga dispuesta a escuchar las 24 horas del día y los 365 días del año. Está formada por voluntarios. Además, los socios y los donantes que la mantienen no se benefician de ningún servicio. Todo lo ofrecen para prestar ayuda a otras personas que lo necesitan. Estamos en 30 ciudades en España. También, en Zúrich y en París. Y en nueve ciudades de Latinoamérica.

¿Tienen muchos telefonistas en Zaragoza?

En total somos 80 voluntarios y una persona para la administración. Zaragoza atiende a todo Aragón. Cogemos el teléfono y atendemos. También acogemos a personas que vienen a la sede, en la calle Lagasca. Es el llamado voluntario de acogida.

¿Qué atenciones prestan?

Es importante la atención psicosocial. También está la jurídica. Para eso contamos con abogados.

¿Abogados...?

Claro, abogados. Me explicaré. Hay crisis vinculadas a problemas jurídicos, como un desahucio o personas con un problema penal. También, sociales para gestionar ayudas. Por ejemplo, si viene un discapacitado con problemas de inserción laboral. O si no tiene reconocida su condición de incapacidad. O personas que necesitan ayudas sociales y no saben cómo gestionarlas.

Se enfatiza la función orientativa del teléfono.

La orientadora del teléfono, además de atender la primera crisis o la primera demanda de ayuda, también sirve para aliviar ese estado inicial de sufrimiento, de soledad u otros. Tras este primer paso, se deriva cada caso a los diferentes profesionales de la sede: desde orientadores familiares a orientadores laborales. Ya le he comentado que el aporte de los psicólogos es básico.

¿También desarrollan cursos?

Sí. Tenemos cursos para prevenir la depresión, de inteligencia emocional, de resolución de conflictos y comunicación, piensa bien para sentirte mejor, de autoestima, pautas para la felicidad, contra la ludopatía u otras adicciones.

¿Y campañas de  sensibilización?

Sobre todo, para sensibilizar en el valor de la escucha. La escucha es terapéutica en sí misma. Una sociedad que la practica es más saludable.

Escuchar, atender una voz... Paradójicamente, en pleno gobierno de internet, la voz humana sigue siendo esencial.

Además de ser presidente, llevó doce años atendiendo el teléfono, prestando apoyo de trabajo social y como psicólogo. Con este bagaje, le aseguro que el contacto teléfonico da una calidez y cercanía especiales, y permite una transferencia positiva entre el llamante y el orientador, una comunicación que no ofrece internet.

Irrebatible.

En plena era de internet, en 2018 atendimos 6.694 llamadas en Zaragoza. En 2017, fueron 5.771. Está claro: la voz humana es el mejor mensajero de la esperanza.

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