Sensibilidad porcina

La cría de cerdos se realiza en condiciones muy duras para los animales.

Cerdos en una granja.
Cerdos en una granja.
Javier Escriche

Leo que se va a instalar un matadero porcino capaz de sacrificar treinta mil ejemplares al día. Tirando del hilo me informo de que en España se mata anualmente a cincuenta millones de cerdos, una cifra que va al alza. Y me entero también de que la mayor parte de esos animales vive de tres a seis meses. Solo los ejemplares que procrean llegan a cumplir tres años, de los quince que podrían alcanzar. Sin duda, el éxito reproductivo que con la intervención humana logra esta especie se da a costa de sus individuos.

Pese a pertenecer a una estirpe domesticada hace unos diez mil años, dichos individuos siguen naturalmente predispuestos a una gran variedad de comportamientos cognitivos y emocionales. Por eso, lo peor de su sacrificio es que tiene lugar conforme a una regulación que autoriza que los gorrinos se hacinen en espacios mínimos, suficientes para que puedan «acostarse todos a la vez», o que las cerdas reproductoras permanezcan meses entre rejas, en reducidos cubículos individuales, permitiéndose prácticas como destetar prematuramente a los lechones, castrar, recortar dientes, amputar rabos y anillar hocicos, actos a los que se suman el brutal transporte y el atroz final que padece esa inmensa población impúber.

Con todo, sin embargo, hay personas cualificadas que sostienen que este sistema productivo industrial "respeta la sensibilidad y las necesidades de la especie". Son palabras textuales de un catedrático del departamento de producción animal de una universidad española, publicadas en una página web del sector porcino. Sinceras, cínicas o interesadas, sobran comentarios.

jusoz@unizar.es